Información de la ruta
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Distancia: 2,1 kilómetros -
Duración estimada: 60 mminutos -
Terreno: 100% Ciudad -
Lugar de salida: Casa Alberto, Madrid -
Lugar de llegada: Casa Ciriaco, Madrid -
Tipo: Lineal -
Dificultad: Media
Ruta Tabernas centenarias Madrid (II) que recorre las tabernas más antiguas de la ciudad de Madrid.
Además de tener más de cien años de existencia (algunos más de 200 años), en muchos de ellos se ha escrito la historia de nuestro país.
En estos establecimientos han ocurrido hechos políticos, literarios o sociales que han cambiado el rumbo de la historia o al menos han servido para escribir capítulos de la historia española o madrileña.
Cuando los visitemos disfrutaremos de gastronomía y en muchos de ellos encontramos en las paredes decoraciones de esos hechos históricos sucedidos en dicho local.
1ª Parada: Casa Alberto
Comenzamos la Ruta Tabernas centenarias Madrid (II) en Casa Alberto.

Nos encontramos en pleno Barrio de las Letras.
Se cuenta que en el inmueble que ocupaba este espacio (construido a mediados del siglo XVI) vivió Miguel de Cervantes entre 1613 y 1614.
Aquí escribió varios capítulos de la 2ª parte del Quijote y de “Los trabajos de Persiles y Segismunda” y en esta casa concluyó su obra “Viaje al Parnaso”.
El edificio actual es de principios del siglo XIX, y Casa Alberto se fundó en 1827, por lo que estamos ante una taberna centenaria, pletórica de remembranzas literarias, teatrales y taurinas.
De aquella época todavía conserva expuestos en la segunda planta de la taberna algunos tesoros antiguos, junto a otros más actuales: la hermosa barra de ónice y madera, el botellero, el manómetro de fabricación de agua de Seltz, el antiguo y valorado grifo, la caja registradora, las columnas y unas taquillas donde se vendían entradas para los teatros.
En tiempos de Fernando VII, los madrileños acudían a Casa Alberto a tomar un chato de vino con un huevo duro y un trozo de bacalao.
En la actualidad, podemos degustar platos típicos como callos a la madrileña y bacalao.
La especialidad es el rabo de toro estofado, considerado uno de los mejores de todo Madrid y el vermút de grifo elaborado en la propia taberna.
2ª Parada: Taberna Antonio Sánchez
La siguiente parada en la Ruta Tabernas centenarias Madrid (II) la hacemos en la Taberna Antonio Sánchez.

La Taberna de Antonio Sánchez ha sido un lugar de referencia en la ciudad durante siglos, y se trata de la taberna más antigua de Madrid.
Se desconoce la fecha exacta de su fundación, pero se sabe que es anterior a febrero de 1787, ya que en esa fecha se publicó en el “Diario Curioso, Erudito, Económico y Comercial” su traspaso como negocio dedicado al despacho de vinos.
Un plan catastral realizado en 1749 bajo el reinado de Felipe VI, demuestra que el edificio actual sigue siendo el mismo, y que el espacio que ocupa la taberna en él no ha cambiado.
En el siglo XIX adquirió fama y protagonismo convirtiéndose en un lugar de encuentro de tertulianos e intelectuales del mundo taurino, de las letras y del arte.
En 1884 es comprada por Antonio Sánchez Ruiz, hijo de conocidos taberneros y de quien recibe su nombre actual.
Su hijo, el torero Antonio Sánchez Ugarte, heredó la Taberna convirtiéndola en un lugar de referencia en Madrid y punto habitual de encuentro de personalidades como Pío Baroja, Sorolla, Marañón, Camba, Cossio, Juan Cristóbal Vázquez Díaz y Antonio Díaz Cañabate, acogiendo la última exposición del afamado pintor Ignacio Zuloaga.
Este lugar fue también fuente de inspiración para muchos, entre ellos Camilo José Cela y nuestra Gloria Fuertes, quien solía sentarse en sus veladores de mármol para componer sus obras.
Decoración
La taberna es un lugar único, con su decoración original y características intactas.
Nunca ha sido renovada, por lo que mantiene intactos los frisos y decoraciones de madera tallada, lámparas de gas con las que se iluminaba el local, el elevador manual de frascas y frescos con los rostros de Frascuelo, Lagartijo y Cara Ancha.
También son originales las cabezas de los toros de las alternativas de Vicente Pastor de 1902 y la de Antonio Sánchez de 1922
Se le ha concedido el título de “Establecimiento centenario” por la Cámara de Comercia de Madrid, la Federación empresarial de bares y tabernas y el Excelentísimo Ayuntamiento de Madrid.
Su carta está entregada a la cocina casera tradicional española y madrileña. Son famosos sus platos de rabo de toro, cocido madrileño, olla gitana y callos a la madrileña.
3ª Parada: Malacatín
Siguiendo la Ruta Tabernas centenarias Madrid (II) llegamos a Malacatín.

En 1895, en plena zona de El Rastro, Julián Díez abrió una pequeña tienda de vinos en un pequeño espacio sin agua ni luz de gas, tras venir a Madrid procedente de Horcajo de Santiago (Cuenca) y ponerse a trabajar como chico de los recados en un pequeño negocio de bebidas de unos conocidos.
Los trabajadores de la zona (panaderos, traperos, ropavejeros, faroleros…) pasaban por allí desde temprano para tomarse sus copitas de aguardiente, de licor de hierbas y el “suave”, una bebida tradicional de la época.
El pequeño negocio fue haciéndose popular gracias a su mujer, María, y a los 10 hijos que tuvieron (ocho de ellos, mujeres), por lo que entre el público empezaron a llamarlo “las chicas”.
Cuenta la leyenda que un mendigo tocaba una melodía que acompañaba con un canturreo que decía “Tin, tin, tin, Malacatín tin,tin,tin”. Así conseguía los favores de Julián y de las chicas y se empezó a conocer la taberna de “Julián el de Malacatín”.
Con lo años, el local cayó en manos de Florita, la menor de las hijas, y de su marido Isidro, leonés de nacimiento.
En los años 50 del siglo veinte registraron el negocio con el nombre de “Malacatín”
Decidieron mejorar su negocio, introduciendo la cocina casera como parte de su oferta gastronómica, y convirtieron el cocido madrileño (con chorizo de León, morcilla de Asturias y garbanzo de Zamora) en la especialidad de la casa.
Posteriormente su hija Conchi, y actualmente el hijo de ésta, José Alberto, es la cuarta generación de la familia que regenta la taberna.
4ª Parada: Posada de la Villa
La siguiente parada en la Ruta Tabernas centenarias Madrid (II) la hacemos en la Posada de la Villa.

Desde la propia web de la Posada de la Villa nos resumen su historia y la de Madrid en breves palabras:
Recuerden vuesas mercedes que eran las Cavas, en el siglo XVII, puerta grande a Madrid, calles de posadas y posaderos, y entre ellas, la primera de todas la de la Villa, primera y principal, ésta en qué estamos. Para guía de acomodo de arrieros y labradores, en la hornacina de la fachada Isidro Merlo, Labrador y Santo. Hoy como ayer establecimiento tradicional madrileño, que resurge del olvido, quizá porque el pasado de éstos es tan inmediato, que Felix Colomo Domínguez no dudó nunca que había que mantenerlo.
En el siglo XVII el único molino de harina de Madrid se encontraba aquí, en la Cava Baja, y en 1642 se convirtió en la primera Posada de la Corte, al amparo de las murallas árabes, donde se daba comida y aposento a todos los viajeros que llegaban a Madrid.
Félix Colomo recuperó el inmueble en 1980, al borde de la ruina, y lo convirtió en Horno de Asar, donde ofrece también una cuidada cocina elaborada con los platos pertenecientes a la gastronomía castellana y madrileña.
Distribución
En La Posada de la Villa se han dado cita personajes muy conocidos pertenecientes al mundo de la política, cultura, arte y deporte de todas las regiones de España y del mundo entero, cuyos nombres están grabados en las sillas de la posada.
La Posada de la Villa cuenta con tres plantas y varios salones privados.
Su decoración es elegante y con el encanto de las grandes posadas que tanto protagonismo adquirieron en el viejo Madrid de los Austrias.
La Posada de la Villa tiene multitud de premios y condecoraciones, como formar parte de la Guía Michelín, el Gran Collar Gastronómico Internacional, el Premio Nacional de Gastronomía Internacional, el Chaine des Rotisseurs y ha sido reconocido como “Comercio Centenario” por el Ayuntamiento de Madrid.
5ª Parada: Botín
Continuamos la Ruta Tabernas centenarias Madrid (II) hasta llegar a Botín.

El Restaurante Botín se funda en 1725 al pie del Arco de Cuchilleros, junto a la Plaza Mayor, por Cándido Remis, sobrino de la esposa del cocinero francés Jean Botín (cuyo negocio se encontraba también en los alrededores de la Plaza Mayor).
Uno de sus orgullos es el certificado Guinness World Records que posee, en el que se remarca que ha estado abierto ininterrumpidamente desde 1725, lo que le convierte en el restaurante más antiguo del mundo.
Además, posee un horno de leña del siglo XVIII que aún hoy sigue asando cochinillos y corderos al estilo castellano,
El restaurante ocupa las cuatro plantas del inmueble y conserva el ambiente de posada del siglo XVIII
Desde antaño, ha sido lugar de encuentro del Madrid bohemio y literario.
En Botín podíamos encontrar personajes de la talla de Valle Inclán o Julio Romero de Torres.
Grandes autores lo han mencionado en sus libros, como Galdós, Hemingway, Ramon Gómez de la Serna, Graham Greene, Arturo Barea, Frederick Forsyth, el Conde de Sert, Carlos Arniches y Maria Dueñas, entre otros.
Actualmente, Botín se sitúa en el número 3 de la lista de los restaurantes clásicos del mundo, que elabora la prestigiosa revista Forbes, y es regentado por la cuarta generación de la familia González, sucesora de la familia fundadora.
En 2025, en Botín celebran su tercer centenario; por lo que va a llevar a cabo varias iniciativas conmemorativas de este aniversario.
Todos los clientes que visiten el restaurante durante este año podrán disfrutar de un menú especial “300 aniversario”, dejar su recuerdo en un libro de firmas y llevarse un diploma acreditativo de la participación en el tricentenario.
6ª Parada: Las Cuevas de Luis Candelas
La siguiente parada en la Ruta Tabernas centenarias Madrid (II) la hacemos en Las Cuevas de Luis Candelas.

Luis Candelas Cagigal nació a principios de 1800, y fue el bandolero más célebre de la época, al que hoy seguimos recordando con chaquetilla azul turquesa, pantalón de Mahón y faja de Corinto
Candelas se dedicaba a robar establecimientos y asaltar diligencias; tras sus fechorías, acudía al Arco de Cuchilleros, uno de los lugares más típicos del antiguo Madrid, enclavado en la Plaza Mayor.
Este lugar, en el siglo XIX, era sitio concurrido por lo más castizo de la época y chicoleo de majas y chisperos.
Se casó en la Iglesia de San Cayetano con Manuela Sánchez, y se marchó a vivir a Zamora durante un tiempo; a su vuelta, en 1837, fue atrapado, sentenciado y condenado a muerte a garrote vil.
Sus últimas palabras fueron:
“Sé feliz, patria mía”.
En 1949, Félix Colomo Díaz, afamado y reconocido torero, parece que quiere cumplir el mandato de Candelas y, para hacer feliz a la patria, convierte las viejas cuevas bajo el Arco de Cuchilleros en restaurante.
Las cuevas de Luis Candelas se ha convertido en uno de los restaurantes con mayor tradición de Madrid, donde la cocina castellana tradicional y el cochinillo y el lechazo son los reyes de la carta, en la que también destacan los callos a la madrileña, el cocido de puchero o los postres típicos de Madrid.
El restaurante dispone de varios salones que reflejan distintos ambientes y trasladan a sus clientes a otra época, en la que el propio Luis Candelas recibe a los clientes a su llegada, y son atendidos por el personal caracterizado con las típicas vestimentas que utilizaba el famoso bandolero.
7ª Parada: Casa Ciriaco
Finalizamos la Ruta Tabernas centenarias Madrid (II) en Casa Ciriaco.

Casa Ciriaco es una taberna típica de Madrid, situada en la calle Mayor, 84.
Fue almacén de vinos o tienda desde 1887, cuando su dueño era Antonio Fernández, y en 1923 pasó a manos de los hermanos Pablo y Ciriaco Muñoz Sanz, quien le dio su nombre actual.
El edificio donde hoy en día se encuentra Casa Ciriaco, estaba en 1906 en el número 88 de la calle Mayor, y la taberna se llamaba Casa Baliñas.
Historia
Desde entonces el edificio se conoció popularmente como “La casa de la bomba”, ya que desde el cuarto piso del inmueble, donde había una casa de huéspedes, Mateo Morral ejecutó el atentado contra los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia el 31 de mayo de 1906, el día de su boda.
En la acera de enfrente hay una plazuela en la que se conserva un modesto monumento a las víctimas, y donde cada año se coloca una corona de flores.
A pesar de que en 2018 cambió de propietarios y sufrió una reforma, continúa decorado con cuadros de la época, recortes de prensa y fotos de artistas dedicadas, y mantiene también su carta tradicional y casera, con platos históricos como la gallina en pepitoria o el cocido madrileño.
Por su comedor han pasado todo tipo de personajes ilustres y famosos.
Desde el escritor Valle – Inclán o el dibujante Antonio Mingote (que diseñó el sello de la casa) hasta la Familia Real española, pasando por los toreros Domingo Ortega o Juan Belmonte.
Puedes seguir recorriendo tabernas centenarias en la Ruta Tabernas centenarias Madrid (I).