Ruta Madrid Desaparecido (I)

Esta ruta de Madrid Desaparecido trata sobre edificios desaparecidos de Madrid.  

Grandes edificios, edificios muy importantes en la historia de la ciudad de Madrid pero que por desgracia ya no existen, ya no queda nada de ello o en su caso en alguno han sido reconvertidos para otros usos completamente diferentes del original. 

Plaza de toros Puerta de Alcalá Madrid
Vista aérea de Madrid (1854) de Alfred Guesdon

1ª Parada: Plaza de toros de la Puerta de Alcalá

Empezamos la ruta Madrid Desaparecido (I) por la antigua plaza de toros de la Puerta de Alcalá.

La Plaza de toros de la Puerta de Alcalá es una de las plazas de toros más importantes de toda la historia del toreo. 

El nombre hace referencia a que estaba al lado de la Puerta de Alcalá, aunque fuera del recinto de la Ciudad de Madrid. Estaría situada entre las calles de Alcalá, Claudio Coello y Conde de Aranda. No se sabe el lugar exacto, porque ha ido cambiando el trazado de las calles, por lo tanto la ubicación exacta es difícil. 

Obras

Se empezó a construir en el año 1749.  El rey Fernando VI hizo la propuesta para que se pudiera realizar esta construcción. El arquitecto Juan Bautista Sacchetti es el que hace el proyecto de construcción. La construcción de la Plaza de Toros la llevarían a cabo los arquitectos Fernando Moradillo y Ventura Rodríguez

Las obras de esta Plaza de Toros de la Puerta de Alcalá se terminarán en el mismo año de 1749. Las obras eran muy sencillas. Por la parte exterior la plaza de toros tenía solo cal y canto. Las gradas y tribunas, en la parte interior, eran realizadas en madera. 

En 1800 aproximadamente se hizo una reforma. Se sustituyeron todas las gradas, realizadas en madera que estaban ya muy deterioradas, por otras realizadas en piedra. Así continúa hasta el año 1874, año en el cual se derriba finalmente esta plaza de toros.  

Curiosidades

En esta plaza de toros han sucedido eventos muy importantes para la historia del toreo. Las grandes batallas que hacían Lagartijo y Frascuelo sucedieron aquí. Algunas corridas ilustres de algunos grandes toreros. 

El torero Pepe Hillo murió en esta plaza de toros en el año 1801. Pepe Hillo fue retratado por Francisco de Goya en algunas de sus tauromaquias.  

Plaza de Toros de la Puerta de Alcalá, Madrid
Plaza de Toros de la Puerta de Alcalá, Madrid – CARLOS TEIXIDOR CADENAS (CC BY-SA 4.0)

En el año 1802, de este mismo lugar se escapó un toro. Este toro saltó a la zona entre las gradas y el coso, y dio una vuelta hasta encontrar una puerta abierta, y salió a la calle. Baja la calle Alcalá, el Paseo del Prado, callejea por el Barrio de las Letras hasta el portillo de Atocha, y de allí hasta una finca en la carretera de Valencia llamada La Marañosa. El día anterior habían traído ese toro (con el resto de los que se toreaban) desde esa misma finca. El toro se acordaba del camino de vuelta. 

Cuando se derriba esta plaza de toros en 1874 todas las tablas se llevan a Chinchón y son utilizadas como plaza de toros de forma improvisada en la Plaza Mayor de Chinchón. 

Fue la primera plaza de toros que tuvo asientos numerados.  Fue la primera plaza de toros en la cual se cobraba una entrada y se hacían reservas (abonos). 

Durante un tiempo fue destinada a varias asociaciones benéficas, que son las que la utilizaron y sacaban beneficio. 

Las corridas de toros se celebraban normalmente los lunes. Había corrida por la mañana, y por la tarde. Cuando había mucho gentío, dividían la plaza en dos y se hacían dos corridas.


2ª Parada: Frontón Recoletos

En la calle Villanueva, muy cerca del Paseo de Recoletos se encontraba el Frontón Recoletos, nuestra siguiente parada en la Ruta Madrid Desaparecido (I).

A finales del siglo XIX y a principios del siglo XX, el Juego de Pelota Vasca tuvo mucha importancia en Madrid. Había mucha afición, mucho público iba a estos eventos, y se construyeron muchísimos frontones en esta época.  Seguramente el frontón más bonito del siglo XIX es el Beti jai. 

En la década de los 30 del siglo XX se encarga este proyecto del frontón Recoletos al arquitecto Secundino Zuazo y al ingeniero Eduardo Torroja

Y en 1935 se convertiría en el frontón más grande de nuestro país realizado hasta la fecha.  

La obra fue totalmente ingeniosa y muy alabada. Había tres paredes dedicadas al juego y en la cuarta pared se situaron las gradas. 

Croquis del Frontón Recoletos, Madrid
Croquis del Frontón Recoletos, Madrid

Lo más destacado del edificio era la cubierta. La cubierta constaba de dos bóvedas realizadas en una especie de arco de medio punto. Se hicieron unos lucernarios en la parte alta con orientación norte. La idea era poder aprovechar al máximo la luz natural. Hicieron un pequeño giro en las bóvedas para que la luz no impactara directamente, para que no cegara a los jugadores ni al público. 

Las obras se realizaron en el año 1935 y en febrero de 1936 se estrena con el primer evento. 

Guerra Civil

Este bonito edificio solo se usa unos meses porque después viene la Guerra Civil. Al comienzo de la Guerra Civil recibe varios impactos que destrozan por completo los lucernarios y las bóvedas. Al final de la Guerra Civil quedó profundamente deteriorado.  

Después de la guerra civil Secundino Zuazo tuvo que exiliarse. Eduardo Torroja que sí se quedó en nuestro país, hizo un informe en el que decía las reformas que había que llevar a cabo para su reconstrucción. Ésta nunca se llevó a cabo.

El edificio se fue deteriorando cada vez más y finalmente sería derribado en los años setenta del siglo XX.  En su lugar hoy tenemos un edificio de viviendas. 


3ª Parada: Pósito de la Villa

Aproximadamente en el triángulo entre la Plaza de la Cibeles, la Biblioteca Nacional y la Puerta de Alcalá se encontraría el Pósito de la Villa. Y a las calles que pertenecen a ese triángulo se las llamó el barrio del Pósito

El primer pósito de granos (el primer lugar de almacén de granos) en Madrid fue creado en tiempo de los Reyes Católicos. Este primer pósito estaba en la Cava de San Francisco, la actual Cava Baja. 

En época de los Reyes Católicos, si subía mucho el precio del grano por una mala cosecha, subía el precio del pan. Si subía el precio del pan, la gente se moría de hambre. Las autoridades decidieron crear lugares públicos para el depósito de granos y controlar los precios. 

El precio del pan estaba tasado porque los panaderos accedían al grano que estaba en el Pósito de la villa. A cambio de poder acceder a este servicio, tenían que poner unos precios limitados. Los agricultores podían coger grano de aquí para sembrarlo, pero lo tenían que devolver con un precio mucho más reducido. Era un servicio para los ciudadanos. 

En 1664 se derriba aquel primer pósito municipal y se traen sus dependencias a este lugar. Esta zona estaría fuera de las murallas de Madrid, la parte trasera de la Puerta de Alcalá. En esta zona además se construyeron hasta 70 viviendas para 70 panaderos. A ellos eran los únicos a los que se les permitía vivir aquí y trabajar aquí. 

A esta zona se la llamó villa nueva o los hornos. Justo por aquí hay una calle llamada Villanueva. 

Placa en el lugar donde se encontraba el Pósito de la Villa
Placa en el lugar donde se encontraba el Pósito de la Villa, Madrid – Asqueladd, (CC BY-SA 3.0)

El Pósito de la villa estuvo en funcionamiento hasta mediados del siglo XIX. En 1809 fueron incautadas por las tropas francesas para que fueran fábrica de galletas y otros productos de bollerías. A los franceses no les interesaba el suministro de pan al pueblo de Madrid. 

Posteriormente recuperó otra vez su función y a mediados del siglo XIX entró en decadencia. Tenía varios impagos y los acreedores se hicieron con el edificio. 

Este edificio, y otras construcciones que había aquí, se usaron como almacenes municipales. En el año 1871 se derribaron.  

Hay que tener en cuenta que se derriban porque ya se está construyendo el barrio de Salamanca, lugar al que pertenece esta zona. En este lugar se construyen edificios para viviendas y otras ocupaciones. 


4ª Parada: Teatro Felipe

Justo en el inicio del Paseo del Prado se encontraba el Teatro Felipe. Antes de hablar del teatro vamos a hablar de Felipe, dueño del teatro y que alcanzó gran fama en su tiempo. 

Felipe Ducazcal

Felipe Ducazcal y Lasheras fue uno de los personajes más activos de la segunda mitad del siglo XIX. 

La década de 1860 comienza a haber muchos movimientos contrarios a Isabel II y a los Borbones. Va a ser una de las épocas con más problemas políticos de nuestra historia.  

Felipe Ducazcal era hijo de un impresor, por lo que pronto empieza a trabajar en temas relacionados con periódicos, impresos, boletines… y se empieza a internar en círculos revolucionarios.  

Con 13 años comenzó a repartir boletines, y como era menor de edad no sufriría pena de cárcel. Según cuentan las leyendas, llegaría a colarle un boletín revolucionario a la reina Isabel II.  

Va tomando ideas muy cercanas al partido de Prim y muy cercanas al derrocamiento de Isabel II, que se produciría en 1868. 

Participó en algunos hechos primordiales del Sexenio Democrático (seis años que van desde la caída de Isabel II hasta la Restauración borbónica en la figura de Alfonso XII).  

Estaba del lado de Prim y también defendía la monarquía de Amadeo de Saboya

En 1870 se bate en duelo (en el barranco del Abroñigal, en Ventas) con José Paúl y Angulo (por atacar a Prim). El primer disparo de José Paúl y Angulo le da de lleno en la cabeza, pero sobrevivió a este incidente. 14 días después de este hecho sufre el atentado Juan Prim (en el que resulta muerto), y varios historiadores apuntan a que el que realizó el atentado sería José Paul y Angulo.  

Felipe Ducazcall no soportó la muerte de su líder, montó La Partida de la Porra.

Grupos que se reunían y atacaban a cualquiera que no pensara como ellos, ya fueran republicanos, carlistas o Borbones. Este grupo actuó durante varios años y provocó bastante sangría en su tiempo.  

En 1871, durante el reinado de Amadeo Saboya, se produjo la rebelión de las Mantillas.  

Una marcha en la que mujeres de la nobleza hicieron una manifestación pacífica por el Paseo del Prado. Iban vestidas con una mantilla, una peineta y un lazo azul. El lazo azul hacía referencia a los Borbones, que querían que regresaran los Borbones. Después de esta procesión, Felipe Ducazcal vistió a una serie de prostitutas con el mismo atuendo y las hizo desfilar detrás de las nobles para el jolgorio y divertimento de los madrileños.  

Sorprendentemente con el tiempo se moderó, y al final el propio Duque de Sesto le ganó para su causa al regreso de Alfonso XII.  Una vez llega la Restauración borbónica se dedicaría a otros negocios, entre ellos el teatro. 

Teatro

Su teatro, el Teatro Felipe se encontraba en la zona de inicio del Paseo del Prado. 

El teatro Felipe era un teatro de verano, solo se instalaba cuando hacía buen tiempo. 

Rápidamente tomó mucha fama porque se organizaban grandes eventos, de todo tipo. Había eventos de acrobacias, había fantoches, había eventos musicales. Lo principal eran las representaciones del género chico y de zarzuela.  

Teatro Felipe, Madrid
Teatro Felipe, Madrid

La fama sobre todo le llegó a partir de 1886 cuando en el Teatro Felipe se estrenó la Zarzuela de la Gran Vía, una de las zarzuelas con más éxito de la historia, con libreto de Chueca y música de Valverde.  

El teatro felipe adquirió una gran fama, no solo por las representaciones, si no porque en el teatro se vendían unos enormes bocadillos de jamón, que los madrileños los llamaban Felipes, en honor al dueño del teatro. 

Felipe Ducazcal después de ese éxito, se hizo cargo de muchos teatros no solo de Madrid, sino de toda España. Y el resto de su vida tuvo muchos éxitos con estos negocios. 

Falleció en 1891.

Una vez que fallece Felipe Ducazcal, su teatro comienza a irse a otros lugares. Primero se trasladó a la zona de la calle Bailén.  Posteriormente se trasladó al barrio de Argüelles.  

Nunca tuvo tanto éxito como en estos años desde 1885 hasta 1892. 


5ª Parada: Palacio del Marqués de Alcañices 

Donde se encuentra el edificio del Banco de España, teníamos un impresionante palacio, el del Marqués de Alcañices

En esta zona había muchos palacios porque era la entrada a El Retiro. Todos los nobles querían vivir por aquí, para estar cerca del rey e influir sobre él. Por eso había muchos palacios en la actual calle de Alcalá (lo que no eran conventos eran palacios). 

Aquí se encontraba el palacio de los marqueses de Casa Riera y que una vez derribado el palacio ha quedado el nombre de la calle, calle del Marqués de Casa Riera haciendo referencia al lugar donde estaba el Palacio. No se sabe con certeza la época del palacio. 

Se sabe que ya había una primera construcción en el siglo XVII que había pertenecido a unos descendientes del Conde Duque de Olivares.  

Posteriormente pasó a la familia de los Medinaceli, luego a otra serie de familias hasta que a principios del siglo XIX lo compra el marqués de Alcañices. 

Acuarela del Palacio de Alcañices
Acuarela del Palacio de Alcañices, Madrid

El marqués de Alcañices se lo va a dejar en herencia a su hijo, marqués de Alcañices también Duque de Sesto

Este duque de Sesto era José de Silva y Osorio. Era un personaje importantísimo en su época. Llegó a ser alcalde de Madrid y uno de los personajes más cercanos al príncipe Alfonso, el futuro Alfonso XII. Uno de los personajes más influyentes tanto a nivel social como a nivel político en su época.  

A lo largo de la historia este palacio del marqués de Alcañices había sido reformado en muchas ocasiones. Pero en 1866 se contrata a Francisco de Cubas, uno de los mejores arquitectos de la ciudad de Madrid, para que realice una reforma completa del palacio. 

Se unifica la fachada, se estructura la torre en esquina y se realizan una columnas que están unidas con una serie de ventanas de forma ojival. Esa preciosa construcción fue derribada en 1882.  

Duque de Sesto

El duque de Sesto se implicó de manera muy importante en la llegada de Alfonso XII.  

No solo se implicó personalmente, sino con su propia fortuna.  Se endeudó para que Alfonso XII pudiera ir a los mejores colegios en toda Europa. Para que se compraran partidarios para la causa Alfonsina. Puso toda su fortuna y todo su esfuerzo en la llegada del rey.  

En tiempos de la monarquía de Amadeo I de Saboya (en 1871 ó 1872) cuando el rey paseaba por aquí con su corte las ventanas de este palacio se cerraban de forma abrupta. Sofía Troubetzkoy, la esposa del duque de Sesto, mandaba cerrarlas porque era muy adepta al personaje del príncipe Alfonso y a los borbones.  

El rey le favoreció pero la segunda esposa de Alfonso XII no veía con buenos ojos a este Duque de Sesto que cayó en desgracia cuando Alfonso fallece. 

Terminó endeudándose de tal manera que tuvo que vender el palacio en 1882. Se lo vendió al Estado para que pusiera aquí el Banco de España, como lo tenemos hoy. 

San Fermín de los Navarros

Una parte importante del actual Banco de España es el Palacio de los Marqueses de Alcañices, pero había otra edificación que se añadió a esta para tener todo el espacio que el Banco de España necesitaba. 

Era San Fermín de los Navarros. Era una capilla acompañada de locales para obra de beneficencia: hospital, residencia, comedor social… Esta congregación construye otra capilla en la actual calle de Eduardo Dato, donde se encuentran en la actualidad. 


6ª Parada: Casa del Ataúd

El edificio Metrópolis es uno de los más reconocibles hoy de la ciudad de Madrid, pero en el siglo XVIII esta zona sería de calles estrechas.Callejuelas muy semejante a otras zonas que podemos encontrar en la zona centro de Madrid. 

Esta zona era habitual zona de paso de viajeros.  Uno de los negocios más importantes de este tiempo era el alquiler de habitaciones a viajeros. La fonda más conocida de la época en esta zona era La fonda de la Cruz de Malta

El edificio que existía donde estaba el Edificio Metrópolis era un lugar de alquiler de viviendas.  Era un edificio en forma de triángulo, rematado por un chaflán en la parte de la entrada. Lo curioso de este edificio es que tenía una fachada tan estrecha que no llegaba a los cinco metros.  

Casa del ataúd, Madrid
Casa del ataúd, Madrid

Los madrileños con sus sorna apodaron a este edificio como la casa del ataúd, por lo estrecha que era.  Las habitaciones debían ser realmente estrechas, eso sí, con una situación privilegiada. 

Este edificio cambiaría en 1910. El 4 de abril de 1910 se monta un palco en la llamada Casa del ataúd y allí se coloca la familia real.  

Hay un desfile y el rey Alfonso XIII cruza la acera, a la llamada Casa del Cura, mete un piquetazo y se inauguran las obras de la Gran Vía.  

Los primeros edificios que se derribaron fueron la Casa del Cura, el Palacio de la Duquesa de Sevillano y la Casa del Ataúd.  


Ruta planificada por Madrid en la Palma de tu Mano



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