Ruta Madrid Desaparecido (II)

La Ruta Madrid Desaparecido (II) trata sobre edificios desaparecidos de Madrid.  

Grandes edificios, edificios muy importantes en la historia de la ciudad de Madrid pero que por desgracia ya no existen, ya no queda nada de ello o en su caso en alguno han sido reconvertidos para otros usos completamente diferentes del original.  

Antiguo Convento Recogidas
Antiguo Convento Recogidas, Madrid – Luis García, (CC BY-SA 3.0)

1ª Parada: Dancing – Salón de Té Casablanca

Empezamos nuestra Ruta Madrid Desaparecido (II) en el número 7 de la Plaza del Rey, que se encontraba el dancing salón de té Casablanca. Se derribó en 1994, y existió desde 1933. 

No era nada más que un bar de copas, musical, un lugar de divertimento.  

En los años veinte surgen en Estados Unidos un montón de locales en este sentido y muy relacionados con Hollywood. En Madrid vendrán un poquito más tarde, alrededor de los años 30. Por la zona de la Gran Vía había varios de estos locales. 

Existía el bar Tánger, el café de Negrescos y el bar Chicote (que sigue existiendo).

En el año 1933 le encargan a Luis Gutiérrez Soto hacer en este lugar un dancing salón de té. Un lugar parecido a Chicote pero con un toque más orientalizante. Se le llama Casablanca porque se quería dar una ambientación de desierto o un lugar paradisíaco. 

Para ser un lugar exótico se realizaron varias construcciones. En la fachada había una gran palmera de luces de neón. Este lugar tenía un techo retráctil que se podía abrir y dejar al aire libre, para que en verano tuviera el ambiente más fresquito. Cuando estaba el techo cubierto se iluminaba todo con un montón de luces para crear una especie de sol artificial. 

Lo básico de este local eran las actuaciones musicales, por ello tenía un escenario. Aquí tocó la orquesta de Antonio Machín en los años 40. Este escenario era circular. Una plataforma circular que se subía a diferentes niveles y que tenía varias estructuras hasta seis módulos diferentes. No para que tocaran grupos diferentes, si no para ir colocando una orquesta mientras otra estaba en actuación, y que pudiera tocar en cuanto la otra terminara. 

Existían jaulas con grandes pájaros que en ciertos momentos se dejaban volar libremente por el local. Además de pájaros había jaulas con monos porque, según decían, se creaba un ambiente especial con los chillidos de estos animales. 

Había luces de neón por todos los lados

Fue uno de los lugares más importantes en los años 30 y 40. En los años 50 empieza a decaer. En los 60 ya decae completamente y en los 70 termina cerrando. Al poco tiempo se abre en el mismo lugar el café Verona, que tiene una existencia efímera, ya que en el año 1974. 

El propietario del local era el Banco de Castilla. El banco de Castilla tenía la parte del edificio que daba hacia la calle de Alcalá y quería tener salida hacia esta plaza. Hubo un de pleito con el dueño del café hasta que finalmente se terminó derribando.  

Ahora son oficinas para la administración pública.  


2ª Parada: Circo Price

Y la siguiente parada de la Ruta Madrid Desaparecido (II) también es en la Plaza del Rey, donde se encontraba uno de los edificios más conocidos de toda la ciudad, el internacionalmente famoso Teatro Circo Price

El circo surge como tal en Londres a mediados del siglo XVIII. En España va a alcanzar fama en el siglo XIX. En el siglo XIX va a ser una de las actividades más importantes y más conocidas de toda España. Se van a ir organizando diferentes circos, tanto estables como itinerantes. 

Thoma Price

Thomas Price era un irlandés especialista en domar caballos, era caballista. 

Intentó triunfar en Londres y en algunos otros lugares de Inglaterra, pero no lo consiguió. 

En 1847 se viene a España para probar fortuna. 

En un primer momento le contrata Paul Laribeau que tenía un circo en la cercana calle Barquillo. 

Alrededor de 1860 Thomas Price montó su primer circo. 

Este primer circo Price estaba en el actual Paseo de Recoletos, aproximadamente donde hoy está la Fundación Mapfre. 

Se comienzan a hacer espectáculos de acrobacias, caballos y otros animales, fantoches… sus representaciones van teniendo cada vez más éxito y este éxito también le va reportando numerosos beneficios.  

En la década de 1870 decide hacer un nuevo circo más grande y más espectacular. Para ello adquiere una finca en la actual Plaza del Rey.  

Thomas Price no vería terminado este Gran Teatro Circo de Price porque en 1877, se cree que cuando estaba de exhibición por tierras valencianas, sufrió un accidente y murió. 

Teatro Circo Price

El proyecto no murió con él, porque lo continuaron sus sucesores. Sus herederos era William Parish y su mujer Matilde de Fassi (hija adoptiva de Price). William Parish y su mujer contratan al arquitecto Agustín Ortiz de Villajos para construir el circo. 

Se construyó un edificio espectacular, con una pista más grande que el circo de París. La construcción se hizo utilizando hierro con toques de estilo neomudéjar y plateresco. En 1880 se inaugura y se convertirá en el circo más conocido de Madrid. 

Se le da el nombre de Teatro Circo Price porque hubo aquí todo tipo de eventos. Hubo representaciones teatrales, de zarzuela, proyecciones de cine, conciertos, veladas deportivas… Poco a poco se va sentando como uno de los circos más importantes de todo nuestro país.  

William Paris se lo cede a su hijo Leonard Parish. Cuando fallece en 1930, pasó a manos de Mariano Sánchez Rexach que mantuvo su actividad hasta la Guerra Civil. 

En la Guerra Civil Rexach fallece, y entra en su peor época, con una menor actividad. Se reconstruye, y en la década de los años 1960 vuelve a retomar cierta importancia. 

Es uno de los principales edificios en los que llega por primera vez a nuestra Madrid géneros musicales como el rock o el pop. Aquí actúan cantantes como Miguel Ríos o Juan Pardo.  

Teatro Circo Price, Madrid
Teatro Circo Price, Madrid

A pesar de todo, en 1970 se decide derribar el Teatro Circo Price. 

A lo largo de las décadas hubo mucha reclamas para que se situara al menos el nombre del antiguo teatro circo Price en otro circo. En el año 2007 en la antigua sede de galletas Pacisa, en Ronda de Atocha, se construyó e inauguró el Nuevo Teatro Circo Price.


3ª Parada: Convento de los Capuchinos de la Paciencia

La siguiente parada de la Ruta Madrid Desaparecido (II) la hacemos en la esquina de la calle Infantas con la plaza Pedro Zerolo.

Donde ahora mismo se encuentra la calle de Las Infantas hubo en su tiempo una vivienda que fue alquilada a principios del siglo XVII por unos portugueses. 

Inquisición

Según cuenta la leyenda, estos portugueses habían llegado aquí huyendo de la inquisición.  Se asentaron en ese lugar. En la planta de abajo tenían un pequeño comercio, y en la parte de arriba la vivienda. 

Un hijo que iba a la escuela faltó un día. Cuando al día siguiente el maestro preguntó por qué había faltado, le dijo que se celebró en su casa la Fiesta de los Azotes

Ellos, que eran judíos, cogían un crucifijo y le daban golpes hasta dejarlo practicamente destrozado. El profesor decidió denunciarlo a la Santa Inquisición y estos judíos fueron ajusticiados, condenados y muertos en la hoguera en la Plaza Mayor en uno de los autos de fe. A este crucifijo de madera se le llamó el Cristo de la Paciencia, por la paciencia que había tenido mientras le golpeaban.  

Felipe IV mandó que se derribara este edificio y se pusiera una gran cruz que hiciera el reflejo de lo que ahí había sucedido. 

Convento

Posteriormente se construyó un convento, El convento de los Capuchinos de la Paciencia, en este mismo lugar. El convento estuvo ubicado donde hoy se encuentra la Plaza de Pedro Zerolo. Estuvo aquí desde 1649. El arquitecto fue Cristóbal de Aguilera.  

Convento de los Capuchinos de la Paciencia, Madrid
Convento de los Capuchinos de la Paciencia, Madrid

En tiempos de los franceses fue prácticamente destruido. 

Tenía algunas imágenes en su interior de cierto valor, entre ellos cuadros en relación al Cristo de la Paciencia (o Cristo de los Azotes) que tenemos actualmente en el Museo del Prado.  

En 1836 este convento fue desamortizado con la desamortización de Mendizábal. En 1837 se derriba y se abrió una plaza. Esta plaza se llamó en origen Plaza de Bilbao.  

Ya muy entrado el siglo XX se cambió el nombre a Plaza Vázquez de Mella y actualmente Plaza de Pedro Zerolo.  

Cercanas a esta plaza encontramos las calles de las Infantas y de la Reina. Estas dos calles también hacen referencia al antiguo Convento del Cristo de la Paciencia.  

Según se cuenta, para la consagración del templo hubo procesión de muchas congregaciones religiosas. En el lugar donde estaba ubicada la tribuna donde la reina vió esta procesión se le llamó la Calle de la Reina, y donde se ubicó la de las infantas, adoptó este nombre. 


4ª Parada: Convento de Santa María Magdalena (Recogidas)

La siguiente parada de la Ruta Madrid Desaparecido (II) la haremos en la calle Hortaleza 88.

En España, desde la Edad Media, siempre ha habido congregaciones religiosas que se dedicaban a ir de ronda por las calles recogiendo a lo que llamaban mujeres descarriadas. Mujeres que ejercían la prostitución o mujeres que se quedaban embarazadas y eran abandonadas por el hombre o mujeres que intentaban robar. Mujeres que pecaban. Estas congregaciones iban por las calles, las recogían y las ingresaban en un convento para salvar sus almas. 

En 1587 existía en la calle Arenal un edificio llamado el hospital de peregrinos. Aquí existían unas monjas de la Orden Terciaria Franciscana que se dedicaban a recoger mujeres descarriadas. Era un edificio que estaba en muy mal estado, y en 1623 se inaugura un nuevo edificio en la calle Hortaleza 88. 

Antiguo Convento Recogidas
Antiguo Convento Recogidas, Madrid – Luis García, (CC BY-SA 3.0)

Estamos haciendo la Ruta Madrid Desaparecido (II), pero este edificio se conserva. Este edificio se conserva sólo en parte. 

No se sabe quién realizó el edificio. El edificio recuerda mucho a la arquitectura del siglo XVII en Madrid. Recuerda pues a otros conventos que podemos ver como el de la Encarnación

En 1623 se inaugura con una procesión por todo lo alto. Se monta un palco en las Descalzas Reales con la familia real. Desde el antiguo hospital de peregrinos de la calle Arenal va una procesión de veinte monja franciscanas y cincuenta mujeres descarriadas. Cuando llegan delante de los reyes se arrodillan, cantan una Salve y desde allí se encamina hasta el convento. 

Además de convento, se construye también una iglesia. El convento recibía el nombre de convento de La Magdalena de mujeres. 

Estas mujeres descarriadas las ingresaban y aquí quedaban confinadas. Solo podían salir de aquí si se casaban o tomaban los hábitos como monjas. Si no elegían una de estas dos vías, pasarían aquí el resto de su vida.  

Prostitución

Cuando llega a Felipe V uno de los primeros objetivos que se propone en Madrid es acabar con la prostitución. La prostitución por aquel entonces tenía mucha actividad principalmente en la zona de Lavapiés. 

Para terminar con ella, Felipe V crea una hermandad: la santa y Real Hermandad de la Esperanza del salto celo para la salvación de las almas. Los madrileños los llamaban la ronda del pecado mortal. 

Esta ronda salía al anochecer tocando unas campanas. Pedían limosna, buscaban a estas mujeres descarriadas e intentaban disuadir a los clientes de estas prostitutas. Un grupo de hombres y mujeres vestidos con hábitos, con velas, con campanas, cantando canciones como: 

hombre que estás en pecado 

si esta noche te mueres 

piensa bien donde fueres 

presto torpe pasarás 

de tus carnales contentos 

a los eternos tormentos 

Un potencial usuario se asustaba, esta era la intención que tenía. 

Siglo XX

En el año 1900 tuvo una reforma, dándole ese toque de ladrillo. 

El arte neomudéjar tenía bastante importancia en esos años, y se cree que el arquitecto que realiza la reforma, García Gereta, lo incluye. 

En 1916, Jesús Carrasco hace otra reforma, intentando retomar las decoraciones originales del siglo XVII. 

En la Guerra Civil (1936-1939) este convento fue incendiado y sufrió bastantes daños. 

Sería reconstruido tras la posguerra, y tuvo actividad de convento hasta 1974. 

En 1987 va a adquirir el edificio la Unión General de Trabajadores, la UGT

Lo rehabilita y lo toma como sede ejecutiva, hasta el año 2017 cuando comunica que había sido alquilado. Se rumorea que podría convertirse en un hotel, pero no se sabe con certeza.


5ª Parada: Casa de Tócame Roque

Una de las casas más conocidas no sólo de Madrid, sino de España es la Casa de Tócame Roque

La casa de tócame Roque se encontraba entre las calles Belén, Barquillo y Fernando VI. La casa se construyó alrededor de 1750. 

Se hizo muy popular gracias a un sainete de Don Ramón de la Cruz, el sainete La Petra y la Lola, también llamado El buen casero, pero todo el mundo lo conocía como el sainete de la casa de Tócame Roque.  

Esta casa era una casa de vecinos, una corrala con hasta 69 habitáculos donde vivía gente. 

Estas viviendas daban a un patio, y este patio está ocupado por herreros que tenían aquí sus herrerías. 

El propietario de esta casa se la dejó en herencia a sus hijos: Roque y Juan. 

En la herencia no estaba bien explicitado a quién pertenecía la casa si a Roque o a Juan y entonces los dos cuando se veían discutían, discutían acaloradamente como era propio de esta vecindad y los vecinos lo oían.  

Me toca a mí Juan. No, me toca a mí Roque. Me toca a mí Juan. Me toca a mí Roque. Esto dicho en castellano antiguo, sería tócame a mí Juan, tócame a mí Roque, y de ahí quedó la denominación. 

En esta casa muchos de los vecinos no pagaban el alquiler, también había casas que se dedicaban a la prostitución, siempre había mucho jaleo en esta vecindad, y los alguaciles de la villa tuvieron que venir en varias ocasiones. 

En 1849 el Ayuntamiento quiere derribar esta casa porque era un tapón para la salida de la calle Belén y de la calle Barquillo hacia la calle Fernando VI que se estaba construyendo. 

Al intentar derribarla, el propietario les dijo a los vecinos que tenían que marcharse de esa casa, pero los vecinos amenazaron de muerte al propietario. Se les concedió tres meses más. Y al volver pasados los tres meses volvió a pasar lo mismo, y les concedieron dos meses más. Y así hasta que en 1850 ya vinieron dispositivos policiales para expulsar a los últimos 50 vecinos y derribar el edificio. Se le llamó la última batalla de la casa de Tócame Roque. 

Son muchas las zarzuelas, libros, y el dicho, que nos ha quedado para la posteridad. 

Tamorlan
Casa Tócame Roque, Madrid – Tamorlan (CC BY-SA)

6ª Parada: Antiguas construcciones de la zona

La siguiente parada de la Ruta Madrid Desaparecido (II) la haremos en la plaza Santa Bárbara, una plaza que ha cambiado mucho con el paso de los años. 

Lo primero que se conoce aquí es que se asentó un grupo de gente que se dedicaba a la ganadería porcina. 

Convento de Santa Bárbara

Con la construcción de la cerca de Felipe IV en esta zona se va a construir el paso de ronda. Cerca de aquí se construyó una puerta a esta cerca, llamado Portillo de Santa Bárbara. El nombre venía de que al pasar este portillo, lo primero que veíamos era el convento de Santa Bárbara

Este convento fue edificado a principios del siglo XVII y estaba relacionado con la Beata María Ana de Jesús, que realizó milagros en esta zona. 

Real Fábrica de Tapices

Tras la Guerra de Sucesión se detiene la llegada a España de tapices procedentes de Flandes. 

Felipe V decide construir en España, en Madrid, una Real Fábrica de Tapices

Para ello, y según cuenta la leyenda, mandó una misión a Amberes (Flandes) para secuestrar a la llamada familia Vandergoten, especialistas en tapices, y traerlos a Madrid.  

En el inicio de la calle Sagasta se instaló esta Real Fábrica, dirigida por Jacobo Vandergoten

Esta Fábrica de Tapices estuvo aquí prácticamente dos siglos.  

Sus mejores logros se consiguieron en tiempos de Carlos III. 

En época de Carlos III se abandonan las tendencias tradicionales de Flandes y de Francia y se empiezan a hacer tapices a la española. 

Se hacen tapices basados en pinturas de Mengs y de Francisco de Goya.  

En tiempos de Alfonso XII se trasladó la Real Fábrica de Tapices a donde la tenemos actualmente, muy cerca de Atocha y del panteón de los hombres ilustres.

Real Fábrica de Tapices Madrid
Real Fábrica de Tapices – Jalcaire (CC BY-SA)

Saladero

La última edificación de la que vamos hablar que ya no existe es el saladero. Esta zona se conoció porque existían muchos ganaderos con cerdos. Por ello se mandó construir un edificio que iba a servir como matadero y como saladero de cerdos. 

Este edificio según se cuenta lo construyó Ventura Rodríguez, sería la segunda mitad del siglo XVIII.  

Este edificio tendría una importante actividad en los primeros tiempos. 

En el siglo XIX se convierte en la famosa Cárcel del Saladero

Este edificio se convirtió en cárcel cuando hubo una epidemia muy importante en el Palacio del Marqués de Santa Cruz, la antigua cárcel de corte. Y tuvieron que trasladar los presos a algún lugar, así que los trasladaron aquí. 

Se nos habla que fue una de las peores cárceles de la historia de Madrid. No era un edificio preparado para esto, era un edificio sucio, con poca ventilación. 

En esta cárcel hubo personajes importantes encerrados, como Luis Candelas o Salustiano Olózaga. 


7ª Parada: Pozos de la Nieve

Se sabe que los primeros procesos químicos que llevaron a la formación de hielo de forma artificial son del siglo XIX. Las primeras neveras son del siglo XX, en España llegaron después de 1950.  

Cuentan las crónicas que Felipe el Hemoso, el esposo de Juana la loca, murió después de beberse una bebida bien fría, un refresco compuesto por partes de hielo. Esto sucedió a principios del siglo XVI, ¿cómo pudo ser?

Pues porque el hielo se había traído de los neveros o de los pozos de la nieve.  

La glorieta de Bilbao es donde estuvo la puerta de los pozos de la nieve.  

Justo detrás de esta puerta, por las calles Larra, Apodaca, Barceló… se encontrarían los pozos de la nieve.  

Se extraía la nieve desde la sierra de Madrid, desde las partes más altas, y de ahí se llevaba a pozos de nieve. 

En esos pozos de nieve había trabajadores haciendo bolas, los llamados boleros. Estas bolas se guardaban durante todo el invierno en los pozos prensadas con capas de paja. Al llegar la época primaveral y verano es cuando se traía a la ciudad de Madrid. 

Todo el camino lo hacían de madrugada, prensada lo mejor posible esta nieve. Una vez llegados a Madrid, tenían que pasar por esta puerta, porque había que pagar el quinto, una quinta parte a la corona. Después se llevaba a estos pozos, para venderla durante el día. 

Había varios puestos de venta de esta nieve, pero la mayor parte de ellos se ubicaban cerca de los pozos. Además de bebidas refrescantes, había otro tipo de refrescos. 

La aloja era una bebida que se daba en los teatros: se hacía con hielo, con nieve, con miel y azúcar. 

También las garrapiñadas: helados que se hacían con frutas escarchadas. 

Los pozos de la nieve al principio fueron explotados por Pablo Sarquíes (que aparece hasta en rimas de Quevedo), a través de un acuerdo con los reyes en 1607 por el que les pagará un quinto del porcentaje. Gracias a sus descendientes, estos pozos mantienen su actividad hasta el siglo XIX. 

Estos pozos son derribados en 1863. 

La Puerta de los pozos de la nieve, que ya se llamaba puerta de Bilbao, se derribó alrededor de 1865.  


8ª Parada: Mercado de Olavide

Uno de los edificios desaparecidos más recordados en la conciencia de los madrileños es el mercado de Olavide, en la plaza homónima. 

Durante el reinado de Felipe IV se crea su cerca. Esta cerca era una frontera que delimita Madrid y más allá no se puede establecer gente. Además tenía como objetivo poder cobrar los impuestos correspondientes. 

En el siglo XVIII la ciudad de Madrid se va llenando, y fuera de la ciudad fueron surgiendo algunos poblados, pese a que la ley no lo permitía, a veces hacían la vista gorda. Y eso fue lo que ocurrió en el Barrio de Trafalgar.

En esta zona de la actual plaza de Olavide ya existía una fuente en el siglo XVIII, y fue surgiendo un poblado alrededor de esta fuente. 

A principios del siglo XIX se instalaron aquí algunas fábricas, por lo que esta plaza recibe el nombre de Plaza industrial, o Plaza de la Industria. 

En 1860 esta plaza pasa a llamarse Plaza de Olavide, en honor al ilustrado Pablo Olavide, y en esta plaza se colocaban a diario puestos de frutas, verduras y hortalizas. 

En 1868 cuando se crea un nuevo Mercado de la Cebada, se traen de allí las estructuras de hierro y los techos. Esta fue la primera estructura de mercado de Olavide que hubo en esta plaza. 

Sin embargo, el proyecto más importante y más recordado es el que se va a inaugurar en 1934.  

El arquitecto Francisco Javier Ferrero diseña un edificio claramente racionalista para situar allí el mercado. Este edificio estaba realizado con una planta octogonal, realizado con granito, hierro y techos geométricos. Visto desde el aire era un edificio curioso, que parecía que tenía varios techos. 

Mercado de Olavide, Madrid
Mercado de Olavide, Madrid – LBM1948 (CC BY-SA 4.0)

Aunque no se incidió mucho en la decoración porque lo principal de este edificio era su finalidad como mercado. 

Tenía muy buena ventilación, entrada de luz natural, una plaza central a través de la que organizar los diferentes puestos.  Era un edificio muy adecuado como mercado, que era para lo que se había pensado.  

En la Guerra Civil sufrió ciertos daños aunque fue reparado posteriormente.  

Derribo

La mayor polémica va a surgir con su derribo. 

En 1974, y sin previo aviso, se va viendo un importante trasiego por la zona. Esta gente eran expertos que venían a estudiar la posible voladura del mercado. Se mantuvo en secreto.  

48 horas antes de la demolición es cuando avisan a los vecinos y a los comercios de la zona. 

A parte de volar el mercado, hubo muchos destrozos en cristales de viviendas y locales de alrededor.  

Ha habido muchas críticas respecto al derribo. 

La crítica más feroz es de parte del Colegio de Arquitectos, que llevaba años haciendo informes sobre que este edificio en vez de derribarlo se podía reutilizar para otras cosas. 

Al derribarse se abrió la plaza con forma octogonal y se convirtió en una zona de paseos, jardines y terrazas como la tenemos hoy en día.  

El mercado de Olavide ha quedado en el recuerdo como uno de los más bonitos que hubo en la ciudad de Madrid.  


Ruta planificada por Madrid en la Palma de tu Mano



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