La Ruta Parque del Oeste (I), recorre uno de los parques más interesantes y bonitos de la ciudad.
El Parque del Oeste es el primer parque público de la ciudad de Madrid, el primer parque que surgió con la idea de que fuera abrirse para el público. Justamente lo contrario de lo que pasó con El Retiro o con La Casa de Campo, fincas privadas que pertenecían a nobles o a los reyes.
El primer proyecto de construcción de este parque es del año 1893.
Tiene mucho que ver con el barrio que tenemos al lado, el barrio de Argüelles. Este barrio se destinó en aquel Plan Castro para una burguesía profesional, una burguesía dedicada a profesiones liberales.
Se abre un parque público porque empezaba a haber en Europa ideas higienistas, de sanidad, salubridad, espacios públicos, espacios al aire libre, ampliación de la ciudad, etc. A este parque se le llama el Parque del Oeste porque se abre al oeste de la ciudad.
Aunque el proyecto es del año 1893, no se empieza a construir hasta 1898. Las obras van tan lentas, que en 1900 hay una manifestación de vecinos del barrio para quejarse de que no se hace el parque. Por fin, en 1906 se inaugura siendo alcalde Alberto Aguilera.
Los terrenos en los que construye el parque pertenecían a los reyes de España. Primero pertenecieron a varios nobles durante diferentes épocas. En el siglo XIX los acumula todos la Casa de Alba. De la Casa de Alba derivan a los reyes españoles. Alfonso XIII es el que cede los terrenos para su construcción.
Estos terrenos serían dos fincas: por un lado la finca de La Moncloa (donde tenemos el palacio), y por otro lado la finca de La Florida (donde están las ermitas de San Antonio de la Florida).
El parque empieza con unos terrenos muy reducidos, apenas 20 hectáreas y actualmente acumula 98 hectáreas (es más grande que El Retiro).
Esta Ruta se divide en dos partes, la segunda parte está disponible en Ruta Parque del Oeste (II).
Empezamos la Ruta Parque del Oeste (I).
1ª Parada: Monumento al General Cassola
La primera parada de la Ruta Parque del Oeste (I) la hacemos en la estatua al teniente Manuel Cassola, uno de los grandes militares y también político del siglo XIX.
De muy joven comenzó su instrucción militar y participó en muchísimas batallas. Estuvo en América (Santo Domingo y Cuba), y también participó en la III Guerra Carlista.
Fue un personaje importante en política. Primero fue diputado y senador por Canarias, pertenecía a los liberales. Fue Ministro de Guerra con Sagasta. Como Ministro de Guerra propuso modernizar el ejército, y hacer la instrucción militar obligatoria.
Pretendía anular el “soldado de cuota” o el sistema de redenciones del Ejército. En el siglo XIX, cuando llamaban a soldados para una guerra, si tenías el dinero suficiente podrías pagar y librarte del servicio militar, con lo cual llamaban a otro para que fuera en tu lugar. Cuando Manuel Cassola propuso su abolición, en el Ejército se le echaron encima. La reforma fue tachada incluso de radical, y no consiguió salir adelante. Manuel Cassola, frustrado, dimitió de su poder político y poco después fallecería en 1890. Esta reforma que propuso Manuel Cassola sería aprobada años más tarde por José de Canalejas ya en el siglo XX.
Escultura
En 1892 se le quiso hacer este homenaje, que iba a ser un año después de su muerte, aunque se retrasó un poco. Para este homenaje llamaron a Mariano Benlliure, el mejor escultor de finales del XIX y principios del XX.
En la figura aparece el teniente Manuel Cassola uniformado, en actitud de mando.
El rostro está realizado con gran realismo.
Fuentes de la fundación Mariano Benlliure cuentan que se hizo un modelo del rostro en barro unas pocas horas después de fallecer, y por eso el gran realismo que podemos observar en su rostro.
Vemos también gran calidad en el uniforme de militar, con las dobleces. Algo que siempre estaba en las figuras realistas que realizaba Mariano Benlliure.
La escultura no siempre estuvo aquí. La primera ubicación fue muy cerca del antiguo Cuartel de la Montaña. En la década de los veinte del siglo XX estuvo en la plaza Mariano de Cavia, muy cercana a El Retiro. Y en 1967 se sitúa en este lugar.
2ª Parada: Monumento a José Gervasio Artigas
En la Ruta Parque del Oeste (I) vamos a ver muchos monumentos que tiene este parque. Casi todos los monumentos hacen referencia a grandes héroes y Libertadores sudamericanos.
Hay estatuas a Simón Bolívar o al Cura Hidalgo; a Bernardo O’Higgins, el libertador y creador de la patria de Chile; o a José Gervasio Artigas, de quien vamos a hablar ahora.
En el parque encontramos la escultura de muchos libertadores y muchos padres de la patria sudamericanos, que se pusieron en los años 50, 60 y 70. Había una cercanía ideológica de muchos de los gobiernos sudamericanos en esta época con el régimen de Franco, y por eso es por lo que se ubican aquí.
Gervasio Artigas es el creador de la patria uruguaya.
Era un general español, que luchó contra la independencia Sudamericana en un primer momento.
Posteriormente se pasó al bando independentista, hasta que consiguió la liberación de la Banda Oriental, actualmente se llama Uruguay.
No solo tuvo que luchar contra los españoles, sino que tuvo que luchar contra Brasil, Buenos Aires (que luego fue Argentina) y contra Chile. Para conseguir la independencia con respecto a estos tres territorios.
Fue militar (general), y durante mucho tiempo fue presidente de Uruguay.
En el año 1975 se decide hacer este monumento, en el 150 aniversario de la patria uruguaya, de la creación de la nación Uruguaya.
Juan Luis Planes es el escultor que lo realiza y se basa en otro monumento que a su vez hay en una ciudad de Uruguay dedicado al mismo personaje.
3ª Parada: Monumento a José de San Martín
Con la Ruta Parque del Oeste (I) llegamos al monumento a otro libertador americano.
Y en este caso uno de los más conocidos, José de San Martín. Su escultura está mirando hacia el Museo de América, y es que el Museo de América fue clave para traer a las esculturas de estos grandes personajes de Sudamérica.
José de San Martín nace en Yapeyú, Río de la Plata, en 1778. Sin embargo, con seis años llegó a España, a Cádiz, con su familia.
Comenzó su instrucción como militar en Murcia, y llegó al rango de teniente. Con el ejército español participó en guerras en el norte de África, y sobre todo en la Guerra de la Independencia. Tuvo un papel muy activo en la batalla de Bailén.
Tiempo después va tomando otras ideas, y decide ponerse al servicio de la independencia americana. Como militar con gran experiencia, va ascendiendo y se llegaría a convertir general de la Independencia. Gracias a él se independizó la zona de Río de la Plata, también Chile y ayudó a la independencia de Perú.
La escultura que tenemos aquí es una réplica de una escultura cien años más antigua, alrededor de 1860, y realizada por Louis-Joseph Daumas.
La figura destaca por su gran tamaño. Vemos a José San Martín en una actitud ofensiva, con el caballo en corbeta y él incluso parece que está a punto de salir a la carga.
La indumentaria nos recuerda a la indumentaria del ejército napoleónico. Es la indumentaria militar de moda durante todo el siglo XIX.
Aparte de la escultura, tenemos dos relieves en bronce también muy interesantes. Estos relieves nos hablan de dos hechos claves en la vida de José de San Martín.
El primero de ellos es la batalla de Bailén. Aparece una representación de la carga de caballería contra el ejército de Napoleón.
Y al otro lado tenemos otro momento glorioso de su carrera, el cruce de los Andes. Para la liberación e independencia de Chile, José de San Martín tuvo que cruzar los Andes (a lo largo de 1.000 km, y con unas altitudes de 3.000 m.). Cruzaron para sorprender a los españoles en sus asentamientos en Chile.
En la parte superior de este relieve aparece un cóndor. Según algunas leyendas, se dividió el ejército en varias franjas para cruzar los Andes, y cuando vieron un cóndor volar fue la señal para que el ejército se reuniera y cayera contra el ejército español.
4ª Parada: Estanque
Siguiendo la Ruta Parque del Oeste (I), llegamos a una de las zonas más bonitas que tenemos dentro del parque. Es la confluencia de la ría, la Fuente de la Salud, y el lago.
Para la creación del parque se usaron unos terrenos de desmonte y un antiguo vertedero de la ciudad. Y con esto, se aprovechó para hacer estos desniveles que tenemos.
El paisajista que realiza el parque es el que era jefe de parques y jardines de la ciudad de Madrid, Celedonio Rodrigañez. Y a la jubilación de éste, en 1910, continúa su discípulo Cecilio Rodriguez.
La organización del parque es al estilo inglés. Un parque con muchas subidas, bajadas, cuestas, terraplenes, caminos diferentes… Da la idea del liberalismo, que es la idea que surge en el siglo XIX. Encontramos muchos caminos por los que podemos transcurrir, y todos ellos son válidos, no hay un único camino. Encontramos árboles de diferentes tamaños, grosores, medidas, tonalidades… se intenta formar un gran contraste entre el paisaje. Y aquí se aprecia este contraste que se intenta conseguir, y se logra.
Todo esto provocó el enfado de los vecinos del barrio de Argüelles.
Las mujeres querían venir a pasear por aquí, pero con sus tacones, sus vestidos (posiblemente bastante incómodos), y era complicado subir y bajar estas cuestas. Casi todos los vecinos del barrio prefirieron el paseo del pintor Rosales, que era mucho más concurrido.
Los horarios de este parque eran muy malos. Solo habría en verano y en una franja horaria muy determinada y además se cobraba entrada.
No se podía entrar ni con bebida ni con comida. Mucha gente aprovechaba el Parque del Oeste para cruzar e irse al Parque de la Bombilla, que ahí había merenderos. Pero cuando pasaban con comida los guardas del parque se la incautaban.
Además en este parque no podía haber cercanía entre un hombre y una mujer. Si los guardas veían a una pareja haciéndose arrumacos, enseguida les separaban. Y si se resistían, los llevaban al cuartelillo de la Guardia Civil.
5ª Parada: Fuente de la Salud
La siguiente parada de la Ruta Parque del Oeste (I) nos lleva hasta la Fuente de la Salud, que se nutre de una salida subterránea desde el lago.
Esta fuente de la salud ya existía como manantial allá por el año 1850, y aparece ya referenciado en algunos de los mapas antiguos de la ciudad de Madrid.
Se trata de un manantial subterráneo, como muchos otros que tenemos en la ciudad. En 1950 es cuando se organiza y se estructura como fuente tal cual lo tenemos ahora. Se realiza junto a las reconstrucciones que tuvieron que realizarse después de la Guerra Civil. Se hace la estructura y la ornamentación de la misma, en la que aparece el escudo de Madrid.
Esta fuente se utilizó para uso público. Se decía que esta agua era tan limpia, tan pura que conseguía sanar ciertas enfermedades. Se pensó incluso hacer un balneario en este mismo lugar con el agua de esta fuente. Hasta que se hicieron investigaciones científicas, y se descubrió que el agua tenía algunas propiedades que no eran del todo salubre. Y que se producía por ciertas filtraciones de las aguas fecales del barrio de Argüelles.
Por eso a partir del año 1970 se determinó que el agua no es potable.
6ª Parada: Monumento a Federico Rubio
Siguiendo la Ruta Parque del Oeste (I) nos lleva hasta el monumento a Federico Rubio y Galí. Fue un importante cirujano y político del siglo XIX.
Federico Rubio nace en Puerto de Santa María (Cádiz), y siendo muy joven se ve obligado a marcharse a Inglaterra por sus ideales liberales.
En Inglaterra va a aprender sobre cirugía, y va a traer a España técnicas que hasta el momento no se habían utilizado nunca, va a ser un pionero.
Cuando regresa a España se establece en Sevilla y allí va a realizar las primeras cirugías en España de extirpación de la matriz y de extirpación completa de la laringe.
En Sevilla se va a ganar un apelativo por su tratamiento a las clases desfavorecidas, que le llaman “el médico de los pobres”.
Se traslada a Madrid, y al caer el reinado de Isabel II se metería también en política.
Llegaría a ser senador durante el Sexenio Democrático.
Creo varias fundaciones, como el Instituto Rubio. También creó la Escuela de Cirugía de Sevilla, pionera en el mundo de la medicina.
Monumento
El monumento es llamativo, es del escultor Miguel Blay y Fábregas.
Esta obra es considerada uno de los grupos escultóricos españoles de mejor factura de su tiempo.
Se realiza a principios del siglo XX como homenaje al fallecido doctor Rubio.
El monumento tiene un muro, que sirve como telón de fondo a la escultura.
En el centro, en piedra, la figura monumental de Federico Rubio.
Al lado de esta figura central, encontramos otro conjunto realizado en bronce.
Este conjunto, que fue añadido posteriormente, es una mujer con sus dos hijos acercándose al doctor.
El monumento es grande, de apariencia robusta por lo fuerte de la piedra. Sin embargo, la escena de la mujer con sus hijos transmite fragilidad, ternura, en ese acercamiento al doctor.
El monumento ha vivido de cerca el paso de la Guerra Civil.
Está lleno de impactos de bala, que sobre todo pueden verse en la parte trasera.
La cabeza del doctor Federico Rubio, que sobresale del muro trasero, terminó destrozada tras la Guerra Civil y tuvo que ser rehecha posteriormente.
En el fondo del muro del monumento encontramos los nombres de otros célebres médicos: entre ellos Argumosa o Méndez Álvaro.
También vemos un pergamino donde nos cuentan los principales logros en cirugía del doctor Rubio.
Federico Rubio fue padrino en el célebre duelo que enfrentó a Enrique de Borbón contra el duque de Montpensier, en el que falleció el primero de ellos.
7ª Parada: Nidos de ametralladora
En la última parada de la Ruta Parque del Oeste (I) nos encontramos en una de las curiosidades que tiene este Parque del Oeste.
Aquí podemos observar tres búnkers que pertenecieron a la Guerra Civil.
En noviembre de 1936 se inició el asalto sobre la ciudad de Madrid por parte de las tropas nacionales o sublevadas, las tropas de Franco.
Iniciaron su asalto por varias zonas, entre ellas por el monte de El Pardo, La Casa de Campo y la Ciudad Universitaria, y todo ello confluye en el Parque del Oeste.
Aquí encontramos búnkers del Ejército Nacional que intentaban el asalto sobre la ciudad por la zona de Moncloa.
La defensa republicana de la ciudad se encontraba donde está actualmente el Ministerio del Ejército del Aire, que era la cárcel Modelo en aquellos momentos.
Desde la cárcel Modelo disparaban hacia acá, y el avance de las tropas nacionales tenía que verse acompañado con la construcción de una serie de fortificaciones para colocar nidos de ametralladora.
Estos nidos de ametralladora posibilitaban el avance del resto del ejército.
Estos búnkers están hechos con cascotes, con hormigón, con materiales de derribo, y tienen una posición muy elevada sobre montículos.
La idea de esta posición es que se pueda acceder fácilmente por la parte posterior, y sin embargo por la parte delantera solamente quede abierta una franja para poder colocar la ametralladora y poder disparar.
En todos los documentos oficiales incluso en los propios mapas y planos del parque aparece la denominación búnkers, y realmente son nidos de ametralladora.
Su único objetivo consistía en tener una posición elevada para poder colocar un francotirador con una ametralladora.
Solo querían poder repeler el avance de las tropas enemigas y poder provocar el avance de sus propias tropas.
Ver la segunda parte de esta ruta en: Ruta Parque del Oeste (II).
Ruta planificada por Madrid en la Palma de tu Mano