Información de la ruta
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Distancia: 3,1 kilómetros
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Duración estimada: 90 minutos
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Terreno: 100% Ciudad
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Lugar de salida: Ermita Virgen del Puerto, Madrid
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Lugar de llegada: Plaza del Conde de Barajas, Madrid
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Tipo: Lineal
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Dificultad: Media
Ruta Vistillas en domingo que recorre las Vistillas de Madrid y nos muestra los lugares más destacados de este barrio madrileño.

Empezamos nuestro paseo “de Domingo” en las Vistillas, zona principalmente multitudinaria y ruidosa de Madrid.
Pero que en este día de la semana en concreto presenta una paz y un recogimiento llamativo y necesario.
Los domingos por la mañana la zona despierta lentamente, dando paso a viandantes paseando con sus mascotas, niños y jóvenes practicando deporte o, simplemente, personas tomando café en terrazas con libros y periódicos abiertos en un entorno de ensueño.
El parque de Las Vistillas es llamado así por las vistas que se divisan desde su cima.
Situado en la parte más elevada y en las laderas del antiguo cerro del campillo de las Vistillas, parece un balcón natural.
Se encuentra delimitado, por el oeste, con el río Manzanares y por el norte, con lo que era el antiguo cauce del arroyo de San Pedro, sobre el que se proyectó y construyó la calle de Segovia.
Es una de las formaciones montañosas que sirvieron de defensa natural a la ciudad medieval de Madrid.
Sobre la cual fue edificado a principios del siglo XIII el Convento de San Francisco, que fue precedente de la actual basílica del mismo nombre.
Por esta razón, el lugar era conocido en el siglo XVIII como cerro de Las Vistillas de San Francisco el Grande, aunque, en algunos planos conservados de la época, aparece el topónimo de plaza de Las Vistillas.
Tramos
Podemos encontrar dos tramos bien diferenciados.
Al norte, se sitúan la plaza de Gabriel Miró y las zonas ajardinadas trazadas en los terraplenes existentes junto al viaducto de Segovia.
Al sur, los jardines reciben el nombre de parque de la Cornisa, llamado así por estar al borde del barranco al que se asoman las fachadas occidentales de los monumentos de la Real Basílica de San Francisco el Grande, la Universidad Eclesiástica San Dámaso y el seminario Conciliar de Madrid.
Antes de su adecuación como jardín, en la década de 1920, en la zona se ubicaban distintos mercados de productos alimenticios, principalmente de melones.
En la plaza de Gabriel Miró, en un edificio situado entre las calles de San Buenaventura y Travesía de Las Vistillas, estuvo el estudio del escultor Victorio Macho y después fue ocupado por el pintor Ignacio Zuloaga.
1ª Parada: Ermita de la Virgen del Puerto
Iniciamos nuestra Ruta Vistillas en domingo en el Paseo de la Virgen del Puerto, ubicado en el margen izquierdo del río Manzanares.

Va desde los inicios del puente de Toledo (en un acceso a la M-30) hasta el puente del Rey, acabando en la puerta de San Vicente. Su prolongación natural en línea recta es el paseo de la Florida.
Cada año, en septiembre, el paseo era lugar de peregrinación a la ermita de la Virgen del Puerto. Esta costumbre se convirtió en el siglo XX en la popular «verbena de la Melonera«.
El Paseo del Puerto debe su nombre a la Virgen del Puerto de Plasencia (Cáceres).
Fue el primer marqués de Vadillo quien logró construir la ermita para que la imagen fuese colocada en su interior.
El proyecto urbanístico de Carlos III en la zona pretendía unir el puente de Segovia con el camino de El Pardo, haciendo que la entrada a Madrid por la Puerta de San Vicente fuese monumental.
De esta forma se creó el paseo con la denominación de la ermita.
Ermita
La ermita de la Virgen del Puerto está situada en el paseo de la Virgen del Puerto.

Es obra de Pedro de Ribera, y fue construida entre 1716 y 1718 por empeño de Antonio de Salcedo y Aguirre, primer marqués de Vadillo, por entonces corregidor de Madrid.
La ermita resultó significativamente dañada en el transcurso de la Guerra Civil, y toda la decoración interior, junto con la talla de la Virgen, fue destruida.
La talla original era una copia de la que existe en la Ermita de la Virgen del Puerto de Plasencia (Cáceres), pero desapareció durante la Guerra Civil. La que hoy existe es una copia de aquella.
Esta pequeña y bonita ermita madrileña es uno de los primeros ejemplos de arquitectura barroca en España.
La fachada se encuentra enmarcada por dos torres, cada una de ellas coronadas por campanas y chapiteles.
El portal es adintelado.
El interior de la ermita fue construido en periodo borbónico, tiene planta ochavada y en él se puede ver el sepulcro del marqués de Vadillo, realizado por Pedro de Ribera.
2ª Parada: Parque Atenas
La siguiente parada en la Ruta Vistillas en domingo la hacemos en el Parque Atenas.

El parque de Atenas se denominaba antiguamente campo de la Tela por ser en tiempos de Felipe II lugar para celebración de justas y torneos.
Se trata de un espacio verde situado cerca del palacio Real de Madrid, delimitado por la calle de Segovia, el paseo de la Virgen del Puerto, la cuesta de la Vega (desde donde obtenemos una visión magnífica de la Catedral de la Almudena) y el muro meridional del Campo del Moro.



En su mitad norte encontramos un pequeño estanque con cuatro chorros verticales, y hoy existen también zonas deportivas e infantiles.

La parte sur se conforma con numerosos caminos pavimentados y terrizos, y en todo el parque existen zonas de pradera. Es un espacio con gran diversidad vegetal.
Aunque ya en 1848 el Ayuntamiento decidió convertirlo en un bosque de árboles y arbustos, fue en 1971 cuando se creó el parque tal y como lo encontramos hoy.
Su denominación rinde honor a la ciudad de donde procede la reina emérita doña Sofía.
3ª Parada: Cuesta de los Ciegos
Siguiendo la Ruta Vistillas en domingo llegamos a la Cuesta de los Ciegos.



La Cuesta de los Ciegos se inicia en la calle Segovia con abundantes escalones hasta llegar a la calle de la Morería. A su paso cruza la calle Beatriz Galindo desde donde la altura ya permite divisar el panorama de la vega del Manzanares.
Cuenta la leyenda que en esta cuesta se reunían los ciegos para pedir limosna. Un día San Francisco de Asís les devolvió la vista ungiéndoles los ojos con aceite.
En su origen, se trataba de una ladera muy pronunciada (todavía hoy lo es) al pie del cerro de Las Vistillas, por donde discurría el existente arroyo de las Fuentes de San Pedro.
Era la zona de la antigua morería, donde se concentraban los musulmanes, en aquella convivencia pacífica con los cristianos. Con su nombre actual aparece ya en el plano de Pedro Teixeira de 1656.
Hasta principios del siglo XX esta zona era una ladera escarpada que los niños empleaban para jugar, usándola a modo de tobogán, motivo por el cual también fue conocida por el nombre de “cuesta de arrastraculos”.
La fuente actual ubicada a los pies de la cuesta fue construida, al igual que la escalera de granito de 254 peldaños, a comienzos de la 2ª República.
Como curiosidad, decir que en esta fuente podemos encontrar uno de los pocos escudos republicanos tallados que se conservan en la capital.
4ª Parada: Seminario Conciliar de Madrid
La siguiente parada en la Ruta Vistillas en domingo Madrid la hacemos en el Seminario Conciliar de Madrid.

El edificio donde se encuentra el Seminario Conciliar de Madrid (oficialmente Seminario Conciliar de la Inmaculada y San Dámaso) está situado en la calle San Buenaventura.
Hoy en día, además del seminario de la archidiócesis de Madrid, también alberga la Facultad de Literatura Cristiana y Clásica San Justino de la Universidad Eclesiástica San Dámaso.
Se encuentra construido sobre lo que fue el Palacio de Osuna.
Palacio de Osuna
El palacio del duque de Osuna se encontraba situado al final de la calle Don Pedro, frente a lo que era el descampado de Las Vistillas.
Hay constancia de la existencia de un edificio a finales del siglo XVI y de su compra por el duque del Infantado en el siglo XVII.
A finales del siglo XVIII, el edificio fue sustituido, por encargo de los duques del Infantado, por otro nuevo que se encargó construir a Juan Pedro Arnal.
A principios del siglo XIX las casas del Infantado y Osuna se unieron, por lo que el palacio fue conocido de nuevo como palacio de los duques de Osuna.
Cuando murió Mariano Téllez-Girón y Beaufort Spontin, duque del Infantado y de Osuna, dejó unas enormes deudas, por lo que se inició un largo pleito entre los acreedores y los herederos del duque.
En 1894 se produjo el fallo a favor de los acreedores y se tuvieron que vender los palacios de la casa de Osuna en Madrid.
La archidiócesis de Madrid compró este palacio, y en 1900 lo derribó para construir el seminario.

Los jardines de la finca se conservaron, al haber sido adquiridos por el Ayuntamiento de Madrid y convertirlos en los jardines de Las Vistillas.
5ª Parada: San Francisco el Grande
Continuando por la calle San Buenaventura, pasamos por la casa en la que vivió y murió Luisa Roldán (“la Roldana”), primera mujer escultora de cámara en el siglo XVII, y llegamos a la Basílica de San Francisco el Grande.

El lugar estuvo ocupado anteriormente por un convento-ermita franciscano, que, según la leyenda, fue fundado por san Francisco de Asís en 1217.
Cuando Felipe II convirtió Madrid en capital del reino, en 1561, el convento fue ganando en riqueza e importancia, y consiguió recibir la custodia de los Santos Lugares que se habían conquistado en época de los cruzados, mediante una Junta Protectora de la Obra Pía de Jerusalén, y el Comisariado General de Indias.

Basílica
La basílica neoclásica fue construida en la segunda mitad del siglo XVIII, a partir de un diseño de Francisco Cabezas, desarrollado por Antonio Pló y finalizado por Francesco Sabatini.
El espectacular edificio destaca por su inmensa cúpula, considerada como la tercera de planta circular de mayor diámetro de la cristiandad; por su suntuosa y cuidada decoración interior, realizada en estilo ecléctico a finales del siglo XIX; y por su destacada pinacoteca, representativa de la pintura española de los siglos XVII a XIX, incluyendo, entre otros, un cuadro de Zurbarán y otro de Goya.
Tiene planta circular, con seis capillas cuadradas entre los contrafuertes y una capilla mayor en el eje de la composición.

Está cubierta con una gran cúpula de 33 m de diámetro y 70 m de altura.
La fachada principal se extiende hacia la calle con un pórtico de triple arco de medio punto sobre la escalinata.
Sobre él, un cuerpo adintelado se remata con un frontón y balaustrada con esculturas a ambos lados.
Es uno de los edificios con mayor presencia en la ciudad y, al entrar en él, su esplendor te lleva de la sorpresa a la admiración en cuestión de segundos.

6ª Parada: Dalieda de San Francisco
La siguiente parada en la Ruta Vistillas en domingo la hacemos en la Dalieda de San Francisco.
En 2007, el Ayuntamiento de Madrid transformó los antiguos jardines de San Francisco en un jardín temático dedicado a las dalias, conocido como la antigua Dalieda de San Francisco.
Posteriormente, en 2016, se modificó la composición de las plantaciones, y se optó por una colección de rosales, planta de abundante floración con una gran capacidad de adaptación al clima madrileño.
Convento
El lugar albergó el convento de San Francisco. Dice la leyenda que el convento se construyó en el lugar donde San Francisco de Asís construyó una choza y promovió la construcción de una ermita.

Hay constancia de la presencia de San Francisco en la España cristiana, a la que llegó hacia 1213 según algunos historiadores, pero no parece que permaneciera hasta el año 1217, como indica la placa que figura en la fachada de la Basílica.

El convento, que fue construido entre el siglo XIII y XIV, permaneció en pie hasta convertirse en cuartel de infantería y posteriormente en prisión militar.
En 1961, con la remodelación urbanística de la zona, fue derribado con el fin de lograr espacio para la prolongación de la calle Bailén, que a partir de ese punto se llamaría Gran Vía de San Francisco.
Jardín
El pequeño y agradable parque está situado en un hermoso lugar del viejo Madrid, y su perímetro está delimitado en uno de los extremos por la pared de la iglesia de la Basílica de San Francisco el Grande, y sobre un terreno de lo que en tiempos fue la muralla árabe de la ciudadela defensiva de «Magerit».
Cuenta con uno de los miradores más transitados para ver puestas de sol en la ciudad (sin perjuicio del Templo de Debod).

El jardín cuenta con el grupo escultórico El sueño de San Isidro, obra de Santiago Costa, datada en 1952.
Representa al patrón de Madrid recostado y a un ángel que posa una mano sobre su cabeza invitándole a dormir.


7ª Parada: La Violetera
Caminamos otra vez por la calle San Buenaventura para dirigirnos de nuevo al Jardín de las Vistillas En la plaza de Gabriel Miró nos encontramos el monumento a “La Violetera”.

La escultura, obra del escultor Santiago de Santiago, fue encargada en 1990; éste decidió rendir homenaje al compositor José Padilla a través de la figura de «La Violetera», una de sus obras más conocidas internacionalmente.
En un primer momento, ubicarla en la calle de Alcalá tenía un doble sentido porque esta vía era, en otra época, un lugar muy frecuentado por las violeteras, que existen también en otras ciudades, como París.
Fue instalada sobre un pedestal del arquitecto Manuel Rivero en la calle Alcalá esquina a Gran Vía, e inaugurada por el alcalde Rodríguez Sahagún.
En julio de 2002 se creó una Comisión de Estética Urbana del Ayuntamiento en la que se propuso su traslado al entorno castizo de las Vistillas; el 13 de junio de 2003 se reubicó en los jardines de la plaza de Gabriel Miró.
Sólo una cosa se puede recriminar a su ubicación, y es que la preciosa mujer se pierde la magnífica visión de la catedral que se divisa desde aquí.

8ª Parada: Viaducto
Nos dirigimos ahora hacia la calle de la Morería y, cogiendo la calle Bailén, cruzamos el viaducto por su parte superior.

El actual viaducto de Segovia o viaducto de la calle Bailén (el tercero en la historia) es fruto de numerosas restauraciones realizadas con el objeto de acomodar sus estructuras a la creciente demanda de tráfico en la que siempre se ha encontrado la ciudad.
Existió uno anterior, construido en la década de 1930 para sustituir a otro de hierro erigido en 1874.
La finalidad del viaducto de Segovia es la prolongación de la calle de Bailén, situada en su parte superior, y salvar el desnivel de la calle de Segovia, que discurre perpendicularmente a sus pies, uniendo la zona del Palacio Real con las Vistillas.
Se le conoce popularmente como «el viaducto».
Ya desde sus inicios se convirtió en un lugar popular donde cometían suicidios en Madrid, y por ello se le ha denominado también como «Puente de los Suicidas».
Se trata de una obra civil con influencias de la arquitectura racionalista.
Se encuentra soportado por tres arcos de bóvedas de 35 m de luz y cuatro arcos.
Está construido en hormigón armado pulido, aunque la base de los pilares aparece recubierta con sillares de granito.
El cruce, mirando a través del constante tráfico de la calle Segovia, permite la visión de la Casa de Campo, concretamente del lago del que emerge su surtidor.
Referencias al Viaducto
Son frecuentes las apariciones en el mundo literario-bohemio del Madrid de la primera parte del siglo XX, como en la obra «Luces de bohemia» de Valle-Inclán, o en Benito Pérez Galdós.
Posteriormente aparece en novelas de Enrique Jardiel Poncela y de Camilo José Cela.
Lo encontramos también en numerosas películas españolas.
Entre las más conocidas, podemos citar siempre a Almodóvar, y su amor por Madrid, en «Matador» (Pedro Almodóvar, 1985), «Tacones lejanos» (Pedro Almodóvar, 1991) o «Los amantes pasajeros» (Pedro Almodóvar, 2013).
Otras películas dignas de mención son, «Cielo negro» (Manuel Mur Oti, 1951), «Cuando tú no estás» (Mario Camus, 1966).
También «Último encuentro» (Antonio Eceiza, 1967), «Aunque la hormona se vista de seda» (Vicente Escrivá, 1971), «Taxi» (Carlos Saura, 1996).
Ya en el siglo XXI ha aparecido en «La gran vida» (Antonio Cuadri, 2001), «Canícula» (Álvaro García-Capelo, 2002), «Cándida» (Javier Fesser, 2006), y «La virgen de agosto» (Jonás Trueba, 2019).

9ª Parada: La Muralla y Parque Emir Mohamed I
La siguiente parada en la Ruta Vistillas en domingo la hacemos en el Parque Emir Mohamed I.

El parque de Mohamed I (o del Emir Mohamed I) es un recinto monumental de Madrid que se ha urbanizado como lugar público convirtiéndolo en un sobrio espacio ajardinado de estilo andalusí.
Está dedicado a Muhammed I de Córdoba, el que fue el fundador de la ciudad (Mayrit) como enclave militar entre 860 y 880.
Inaugurado en 2010, el conjunto acompaña parte del trazado de la cuesta de la Vega, en el lateral de la Catedral de la Almudena.

En el centro del recinto destaca el diseño de la fuente con forma de estrella de seis puntas.

Un parterre discurre a lo largo de la muralla y además de en los cipreses, encontramos la paz del lugar en un almez y una higuera, que destacan como los árboles más antiguos.
Los restos de la muralla islámica que bordean una parte del parque pertenecen al primer recinto amurallado de Madrid, declarado Conjunto Histórico en 1954.

Se conserva un lienzo con más de 120 metros de longitud, 11,50 metros de altura máxima y un espesor de 2,60 metros.
Su construcción se ha datado en el siglo IX.
10ª Parada: Plaza de los Pintores
Terminamos la Ruta Vistillas en domingo en la Plaza del Conde de Barajas, Plaza de los Pintores.

La utilizada frase “eres más madrileño que un bocadillo de calamares” es igual de famosa que “no hay nada más de domingo que la Plaza de los Pintores de Madrid”.
Aunque ya nos alejamos un poquito de las Vistillas, merece la pena subir la calle Mayor, girar en la plaza de la Villa hacia la calle del Codo y, atravesando la plaza del Conde de Miranda (con el olorcito a anís de los dulces del convento de Las Carboneras), desembocar en la plaza del Conde de Barajas
La Plaza del Conde de Barajas, en pleno corazón del Madrid Medieval, se transforma todos los domingos en la Plaza de los Pintores. Desde hace más de 30 años este espacio acoge un importante atractivo artístico con el objetivo de difundir y vender el arte.
