Rutas culturales por las ciudades de España para descubrir su historia y patrimonio caminando en zapatillas. Rutas a pie urbanas y senderismo.

Ruta Zamora Imprescindible

Ruta Zamora Imprescindible que recorre algunos de los lugares que no te puedes perder de la ciudad.

Si es la primera vez que vienes a Zamora no puedes irte sin ver estos lugares destacados.

Y si eres de Zamora, son lugares que tienes que conocer y que enseñar a tus amigos.

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1ª Parada: Estatua de Viriato

Comenzamos la Ruta Zamora Imprescindible en la estatua de Viriato.

La estatua de Viriato es un símbolo de la ciudad, a pesar de nunca haber sido inaugurada oficialmente y de no mostrar la ciudad interés inicialmente en ella.

La estatua se realiza en el año 1883, y se presenta a la Exposición Nacional de Bellas Artes del año 1884.

El autor de la misma es el zamorano Eduardo Barrón González y en dicha exposición ganó la medalla de plata.

Estatua de Viriato, Zamora
Estatua de Viriato, Zamora – Eduardo Barrón González (CC BY-SA 3.0)

Tras la exposición, el Estado adquiere la estatua y estuvo expuesta en el Museo de Arte Moderno en yeso, y la original se expuso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, ambos en Madrid.

En el año 1903 se decidió trasladar a Zamora, estando aquí en calidad de depósito del Museo del Prado, dueño de la misma.

Existen dos réplicas de esta estatua, una que se encuentra en el Museo de Zamora, y otra que se encuentra en el almacén del Museo del Romanticismo de Madrid.

Es el propio Barrón quien gestiona que la estatua se encuentre en Zamora.

Se coloca en el centro de esta plaza, llamada Cánovas del Castillo, que posteriormente acabará llamándose plaza de Viriato.

La estatua, en bronce, representa al caudillo Viriato que se enfrentó a los cónsules romanos.

Tiene una altura de dos metros, y en la mano derecha empuña una espada.

Alrededor hay una verja de planta octogonal, que representa las ocho victorias de Viriato.

En su pedestal encontramos una cabeza de carnero.


2ª Parada: Iglesia de Santa María Magdalena

La siguiente parada de la Ruta Zamora Imprescindible la hacemos en la Iglesia de Santa María Magdalena.

Esta iglesia es de estilo románico y data del siglo XII.

Es una de las iglesias más destacadas y bellas de las iglesias de estilo románico que encontramos en Zamora, y tiene un perfecto estado de conservación.

Fue obra del arquitecto Giral Fruchel, arquitecto también de la Catedral de Ávila.

Según investigaciones llevadas a cabo, esta iglesia estaría relacionada con los Templarios, la Orden de San Juan de Jerusalén y los Hospitalarios.

Iglesia de Santa María Magdalena, Zamora
Iglesia de Santa María Magdalena, Zamora – Hector Blanco de Frutos (CC BY 2.5)

Tras sufrir un derrumbe de la bóveda, se reconstruyó el muro sur, lo que hace que encontremos unas ventanas de estilo casi gótico.

La torre la encontramos a los pies, y la capilla mayor se encuentra en el cabecero semicircular.

En su interior no encontramos retablos.

Destaca un sepulcro, atribuido a la primera mujer del rey Fernando II, Doña Urraca de Portugal.

La portada meridional es la más decorada, y cuenta la leyenda que si no ves al obispo labrado en su puerta, no te casas.


3ª Parada: Iglesia de San Pedro y San Ildefonso

Siguiendo la Ruta Zamora Imprescindible la hacemos en la Iglesia de San Pedro y San Ildefonso.

Esta iglesia data de finales del siglo XI – principios del siglo XII, y sería construida sobre un templo anterior, de origen visigodo, dedicado a Santa Leocadia.

Aunque es de estilo románico, ha ido sufriendo tantas reformas, que poco se conserva hoy de este estilo.

Iglesia de San Ildefonso, Zamora
Iglesia de San Ildefonso, Zamora – Hector Blanco de Frutos (CC BY 2.5)

Es la iglesia más grande de la ciudad, por detrás de la Catedral.

La portada principal es de estilo barroco, y data del siglo XVIII.

En la fachada oeste encontramos la escultura de San Pedro, rodeada por el escudo de la ciudad.

Destaca en su interior la Capilla de la Inmaculada, del siglo XVII, en estilo barroco, construida como panteón.

En su sacristía se conserva un tríptico flamenco que data del siglo XVI.


4ª Parada: Mirador del Troncoso

La siguiente parada de la Ruta Zamora Imprescindible la hacemos en el Mirador del Troncoso.

El Mirador del Troncoso se encuentra en las Peñas de Santa Marta, y desde aquí se obtienen unas maravillosas vistas sobre el río Duero y parte de la ciudad, así como pueblos cercanos a la misma.

En las paredes encontramos escritos los versos que Federico García Lorca dedicó a la ciudad de Zamora.

Justo enfrente del mirador, en el río, encontramos los restos del llamado Puente Viejo, un puente de estilo romano.

Puente de Piedra

También vemos desde aquí el Puente de Piedra.

Este puente data del siglo XII, y es el más antiguo de los que se conservan en la ciudad.

Puente de Piedra, Zamora
Puente de Piedra, Zamora – Outisnn (CC BY-SA 3.0)

Durante la Edad Media era conocido como Puente Nuevo, para diferenciarlo del Puente Viejo.

A lo largo de los siglos ha sufrido varias reformas, una de las más importantes acaecida en el siglo XX, en la que se modificaron bastantes elementos (adornos) para dar cabida al tráfico rodado.

El puente cuenta con 16 arcos apuntados.


5ª Parada: Muralla

Continuamos la Ruta Zamora Imprescindible hasta la Muralla.

De Zamora se ha dicho que era la ciudad ‘bien cercada’, debido a la fortaleza de sus murallas.

En Zamora encontramos tres periodos distintos de muralla.

Antes a estos tres periodos, encontraríamos unas murallas de origen romano, de las cuales se han encontrado algún rastro en estudios arqueológicos.

A parte de estas murallas romanas, las primitivas murallas de la ciudad comienzan su construcción a finales del siglo IX.

La primera muralla iría desde el Alcázar hasta la Iglesia de San Pedro y San Ildefonso.

Se construiría siendo rey Alfonso III de Asturias, que fue quien repobló esta zona.

La ciudad sufrió un asedio por parte de las tropas musulmanas, lo que hizo que se construyese una muralla más amplia.

Tramo de muralla de Zamora
Tramo de muralla de Zamora – Google (c) 2024

Según crece la Zamora, obliga a extender la muralla.

El segundo recinto estaría entre los torreones de Santa Ana hasta el de San Pablo.

Este segundo recinto se construiría en el siglo XIII.

El tercer recinto sería del siglo XV, donde se construye hacia el sur, la zona del Puente Nuevo.

El último uso que tuvo como muralla defensiva fue durante la Guerra de la Independencia, que sirvió para frenar los ataques de los franceses.

A finales del siglo XIX comienza a derribarse, ya que suponía una barrera para el ensanche de la ciudad.

Hoy se conservan unos 3 kilómetros de lienzos de muralla, la cual se está restaurando.


6ª Parada: Catedral

Siguiendo la Ruta Zamora Imprescindible llegamos a la Catedral.

Esta Catedral está dedicada al Salvador.

Está construida en estilo románico, y data del siglo XII.

Se desconoce el nombre del maestro, aunque se sabe que fue solo uno.

Catedral de Zamora
Catedral de Zamora – Fernando (CC BY-SA 4.0)

La catedral sería terminada en el año 1174, siendo rey Alfonso VII.

Puedes visitar la parte medieval de la ciudad en la Ruta Zamora Medieval II.

Destaca el cimborrio, recubierto con escamas de piedra.

La torre, llamada del Salvador, cuenta con 45 metros de altura, y data del siglo XIII.

De las puertas, destaca del Obispo, sita en la fachada sur del templo.

La planta es de cruz latina, y los ábsides datan del siglo XV de estilo gótico.


7ª Parada: Castillo

La última parada de la Ruta Zamora Imprescindible la hacemos en el Castillo.

Este castillo se construye en el siglo XI en estilo románico como fortaleza para proteger la ciudad.

Puedes realizar la Ruta románico Zamora donde visitar más edificios de estilo románico en la ciudad.

Según se ha contado el castillo lo construiría el rey Alfonso II, aunque los estudios arqueológicos demuestran que fue mandado construir por el rey Fernando I.

Castillo de Zamora
Castillo de Zamora – Tamorlan (CC BY 3.0)

Del edificio original, de mediados del siglo XI se conservan pocos restos.

El castillo se encuentra en lo alto de un cerro, sobre roca, y su asentamiento se adapta a la forma irregular del terreno.

Sobre el castillo destacan tres torres, de las cuales dos son pentagonales y una heptagonal.

Se conserva el foso, algunas estancias, el patio y la torre del homenaje.

El castillo es un perfecto mirador sobre la ciudad.


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