La Ruta Madrid en Femenino va desde el Arco de Cuchilleros (en la Plaza Mayor) a la Plaza de Guardias de Corps en Madrid.
La Ruta Madrid en Femenino, homenajea a las mujeres, y vamos hablar de mujeres que tienen que ver con la historia de Madrid o están relacionadas con la ciudad de Madrid.
Muchas mujeres importantes se nos quedan fuera del recorrido, pero no por ello son menos importantes que de las que vamos a hablar.
Se nos quedarían fuera mujeres tan importantes como la Beata Mariana de Jesús que tiene varias representaciones en Madrid. Tiene una plaza en su honor, una iglesia, está enterrada en las Mercedarias de don Juan de Alarcón donde se encuentra su cuerpo incorrupto y existe una representación suya en la Iglesia de Santiago.
También podríamos hablar de la Calderona. María Calderón que tiene su famoso balcón en la Plaza Mayor. Amante famosísima de Felipe IV.
María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel. Esta mujer es la que construyó el capricho, conocida como la Duquesa de Osuna también condesa de Benavente. Una de las mujeres más inteligentes y más importantes de su época.
Isabel II que tiene su plaza junto al teatro que mandó construir, el Teatro Real.
Podríamos hablar también de las Cigarreras del rastro, que trabajaban en la Fábrica de Tabacos y que cada vez que se ponían en huelga o cada vez que apoyaban una huelga colapsaban la ciudad y se llevaban su reivindicaciones hacia adelante.
O las trabajadoras de la Fábrica de Pescados que había junto a la Puerta de Toledo. Estas mujeres se pusieron en pie de guerra cuando llegaron los franceses el 2 de mayo de 1808 subiendo por la cuesta de Toledo e hicieron frente a estos soldados franceses causando graves daños.
1ª Parada: Fortunata y Jacinta
En el Arco de Cuhilleros de la Plaza Mayor empezamos la Ruta Madrid en Femenino. Aquí vamos a hablar de dos mujeres literarias.
En este lugar, en la Plaza Mayor con el Arco de Cuchilleros, junto a la cava de San Miguel, se encontraría la casa donde vivía Fortunata.
Estamos hablando del libro de Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós.
Encontrarnos a finales del siglo XIX con un autor como Benito Pérez Galdós, que titule un libro Fortunata y Jacinta, da una visualización del poder de las mujeres y su influencia en aquella época.
2ª Parada: María Zambrano
La siguiente parada de la Ruta Madrid en Femenino la hacemos en la plaza del Conde de Barajas, una de las plazas más tranquilas del centro de Madrid. En esta plaza es conocida por reunirse los domingos aquí pintores para vender su arte.
Aquí venimos a hablar de una de las grandes pensadoras, filósofas y escritoras del siglo XX español, nos referimos a María Zambrano.
Vamos a repasar su biografía.
Tuvo una vida llena de viajes y traslados y también tuvo relación con la ciudad de Madrid.
María Zambrano nace en Vélez-Málaga a finales del siglo XIX, sin embargo, con cuatro años se traslada con su familia a Madrid.
Su primera vivienda junto a su familia estuvo en la calle de la redondilla también en el centro de Madrid.
Estudia filosofía y va a entrar en los círculos del Profesor Xavier Zubiri, de Ortega y Gasset, de la Generación del 27. Y ahí es cuando viene a vivir a esta plaza en el número 3 de la plaza del Conde de Barajas. Vivió aquí desde 1931 hasta 1936.
Muchos autores recuerdan las tertulias que se celebraban aquí por la tarde. Camilo José Cela decía que venían escritores, María les ofrecía una taza de té y comentaban durante toda la tarde sobre filosofía, metafísica o pensamiento.
En 1936 va a contraer matrimonio con Rodríguez Aldave, que era un historiador y diplomático.
Recibe un encargo en la Embajada de Chile y se trasladan. El matrimonio va a estar muy poco tiempo en Chile porque en 1937 deciden regresar en plena Guerra Civil (1936-1939). Regresan el día que el bando nacional toma la ciudad de Bilbao.
Intentaron ayudar a la República. El marido de María Zambrano se alistó en el ejército republicano y María se dedicó a tareas de propaganda. Pero sobre todo a cuidar de los niños y a procurarlos una salida del país. Viendo la guerra perdida en 1939 cruzaron la frontera hacia Francia y abandonaron el país.
María Zambrano tuvo uno de los exilios más largos que se recuerden. Casi medio siglo en el que viajaría por todo el mundo. Estuvo en Francia, en varias ciudades de Estados Unidos, vivió en México donde fue profesora de la Universidad de Morelia, vivió en La Habana y después vivió muchísimo tiempo en Italia.
En Italia vivía con su hermana. Su hermana había quedado viuda durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1944) y tenía problemas psicológicos. Alimentaban a muchísimos gatos; varios italianos se concentraron enfrente de su casa para recriminar por qué alimentaban a tantos gatos con el hambre que estaban pasando algunos niños italianos. Este tema fue muy polémico y finalmente las expulsaron del país.
Vuelven a residir en Francia y allí fallecería su hermana.
Tuvo problemas con su marido, porque al decidir ella vivir con su hermana él nunca lo aceptó. María le exigió una pensión, fueron a juicio y el marido la acusó de abandono marital, con lo cual no pudo recibir la pensión de su marido.
En España no se empezó a reconocer su obra hasta el año 1966, que es cuando Aranguren publica un artículo repasando su obra, su pensamiento, alabándolo, y desde entonces poco a poco sí que se va a apreciar muchísimo su obra.
María Zambrano no regresaría a España hasta 1984, 47 años después de haber abandonado nuestro país. Lo primero que dijo nada más regresar a España en 1984 fue “realmente nunca abandoné mi país”. En su regreso a España también viviría en Madrid, pero en una zona cercana al parque del Retiro.
En España empezaría a recibir galardones y méritos importantes, entre ellos el Premio Príncipe de Asturias y el Premio Cervantes. De hecho, fue la primera mujer en recibir el Premio Cervantes en relación a la literatura y pensamiento.
Falleció en 1991 y fue enterrada en su pueblo natal, Vélez-Málaga.
Fue una autora indiscutible, muchos la consideran la mayor pensadora española de todo el siglo XX.
Hizo muchísimas obras, pero sobre todo destacan su capacidad para mezclar versos con pensamiento y plasmarlo de una manera brillante, además de analizar grandes obras antiguas y traspasarlas a los momentos tan duros que hubo en el siglo XX.
3ª Parada: Reina María Luisa de Parma
La siguiente parada de la Ruta Madrid en Femenino será en la Plaza de la Villa, en la Casa de la Villa, antiguo Ayuntamiento de Madrid. Vamos a contar algo diferente y curioso sobre este edificio.
El edificio empezó a construirse a principios del siglo XVII proyectado por Juan Gómez de Mora y terminado por Teodoro de Ardemans allá por 1692.
Este edificio tuvo una remodelación muy importante en el siglo XVIII. Se contrató a Juan de Villanueva para que realizara una reforma muy importante.
La reforma consistía en darle unos toques neoclásicos, más sobrios, sencillos. Se pueden apreciar los frontones, la parte superior de cada una de las balconadas, son frontones rectos, detalles sencillos en toda la construcción, pero también el balcón hacia la calle Mayor.
La parte de la calle Mayor tenía unas ventanas sencillas, pero se construyó este balcón. Un balcón muy ancho, al estilo neoclásico, con columnas gigantescas. Una estructura parecida a las fachadas del Museo del Prado. Esto fue un capricho de la Reina María Luisa de Parma.
Reina
María Luisa de Parma vino con dieciséis años a la corte española. Vino porque era la prometida del futuro Carlos IV.
Era una joven muy alegre, bastante guapa. En el cuadro que conservamos en el Museo del Prado de Anton Raphael Mengs está muy bien representada su figura y su simpatía. Se decía que era muy pizpireta, que era muy inquieta. Eso en la corte de Carlos III, ya viudo y un personaje bastante austero, bastante tranquilo, bastante serio, chocaba mucho. Se cuenta que Carlos III dijo “esta mujer acabará con la monarquía española”. Y casi lo consigue.
A la muerte de Carlos III llega al trono Carlos IV, y ella se convierte en reina de España.
Carlos IV era bastante pusilánime. Era un personaje que se dejaba manejar fácilmente. Era muy bajo de ánimo, demasiado tranquilo, muy despreocupado en cuanto a las funciones de política, y de esto se encargaba la reina María Luisa de Parma. Ella tuvo mucho más que ver con el gobierno que el propio rey. Al poco tiempo de llegar al reinado María Luisa de Parma propone como primer ministro o como valido a un tal Manuel Godoy.
Manuel Godoy tenía 25 años, era de la baja nobleza, estaba trabajando en la guardia de Corps protegiendo directamente a los reyes.
Se cuenta que en una ocasión haciendo un desfile, se le cayó a la reina María Luisa de Parma (hay quien dice que lo tiró) un guante o un abanico. Aquel joven se acercó a recoger el objeto saliéndose de la formación para dárselo a la reina. La reina en vez de castigarlo le dijo que fuera a palacio que tenía que recibirle. Se hicieron muy amigos, los rumores dicen que llegaron a algo más, no se sabe. Hay algunos que incluso dicen que algunos de los hijos de la propia María Luisa de Parma, habidos supuestamente con Carlos IV, eran de Godoy.
Sea como fuere, Godoy subió al máximo escalafón de la política española. Fue algo así como presidente de Gobierno, dirigió el Consejo de Ministros durante bastante tiempo, prácticamente 20 años, en esta época hizo y deshizo como quiso.
La reina María Luisa de Parma mientras tanto iba cambiando mucho su figura. Pensad en el famoso cuadro que Francisco de Goya le hizo, y que tenemos en el Museo del Prado. La reina María Luisa de Parma aparece bastante ajada.
Había pasado bastante tiempo desde el primer retrato, habían pasado casi 20 años, pero también habían pasado 23 embarazos. Esta reina tuvo 23 embarazos de los cuales 10 de ellos fueron aborto y varios murieron poco tiempo después de nacer.
Ella también perdió la dentadura. Se le hizo una dentadura muy incómoda, que hacía un gran ruido y solo se la ponía para comer, y comía en la intimidad. Por lo tanto, cada vez que se la representaba, metía los labios hacia dentro, por eso en las representaciones se ve aquella figura tan ajada.
También hay muchos rumores que hablan de la mala relación que tenía con su nuera, la primera esposa del futuro Fernando VII. Parece que conspiraba con Fernando para quitar a su padre del trono. Según algunos la reina decide terminar matando a su propia nuera. No se sabe si es cierto o no. Pero en 1806 muere la primera esposa de Fernando VII en extrañas circunstancias.
En 1808 ocurre el famoso levantamiento del 2 de mayo, pero ya antes se había depuesto a Carlos IV en el trono y había llegado Fernando VII al poder. Napoleón condujo a toda la familia a Bayona, allí se produjeron las Abdicaciones de Bayona por las cuales Fernando VII le devuelve el trono a su padre Carlos IV, y Carlos IV se lo entrega a Napoleón. Napoleón a su vez se lo da a su hermano José I, José Bonaparte.
La familia real ya se quedaría en Bayona. La reina María Luisa de Parma tiempo después se trasladó a Roma y curiosamente terminó viviendo los últimos días de su vida con su marido Carlos IV y con Godoy que también se lo llevaron allí.
Esta es la Reina María Luisa de Parma, una de las reinas más denostadas de la historia de España, pero también una de las reinas con más poder de nuestra historia, y que hemos querido que esté en nuestra Ruta Madrid en Femenino.
4ª Parada: La Reina Victoria Eugenia
Continuamos la Ruta Madrid en Femenino en el Monumento en honor al atentado de la Boda Real. Calle Mayor 79.
En la calle Mayor vamos a hablar de otra de nuestras reinas, la Reina Victoria Eugenia de Battenberg. Vamos a repasar su biografía y hablar de lo que ocurrió aquí, y por qué este monumento.
Victoria Eugenia nace en el castillo de Balmoral, Escocia, una de las residencias más importantes de la Familia Real inglesa. Nieta de la reina Victoria, que se le apodaba la abuela de Europa, porque había descendientes suyos reinando en casi todos los países europeos. Todos estos descendientes habían sido educados en la Corte.
En España siempre se la llamó Victoria Eugenia, pero su familia siempre la llamó Ena, otro de sus nombres, que era Eva en escocés.
Va a conocer al futuro Alfonso XIII en 1905. En un evento en Biarritz organizado por el rey de Inglaterra y tío de Victoria Eugenia en honor de Alfonso XIII. Según cuentan, se enamoran perdidamente al conocerse y comienzan una relación.
Los primeros años de esta relación va a ser como un cuento de hadas. Pero tienen que sortear muchos problemas para poder llegar a casarse:
- La Reina Madre María Cristina de Habsburgo, quería que su hijo se casara con una mujer austriaca, y Ena era británica, su enemigo podemos decir así. Aunque no le gustó, el rey se empeñó. Primer obstáculo resuelto.
- Victoria Eugenia, a pesar de ser nieta de la reina Victoria, no tenía tratamiento de noble debido a un familiar que había sido mercenario. Esto se solucionó porque su tío, rey de Inglaterra, le dio el título de Alteza Real. Segundo escollo salvado.
- Lo que más les molestó a los españoles es que era Protestante. Así, que aparte de hacerse dos enlaces matrimoniales, tuvo que convertirse al cristianismo. Tercer escollo salvado.
- Solo falta el cuarto escollo para poder casarse: La familia de Victoria Eugenia tenía antecedentes de hemofilia, lo que podría poner en peligro la descendencia del futuro heredero al trono español. Alfonso XIII no quiso saber nada de hemofilia, decía que estaba enamorado que era su decisión. Así que matrimonio adelante.
Todos estos escollos se salvaron, sin embargo todo va a ir hacia la tragedia el mismo día de la boda.
Boda
En 1906 la pareja se casa. El enlace se celebra en la iglesia de los Jerónimos, y en una carroza con una procesión por todo Madrid, la pareja se encamina hacia el Palacio Real para el banquete.
En el punto donde nos encontramos, al pasar la carroza, desde un piso enfrente, un anarquista llamado Mateo Morral lanza una bomba camuflada en un ramo de flores. La bomba explota matando a 23 personas e hiriendo a más de 100.
Fue un atentado terrible. La familia real no sufrió daños, aunque al principio se asustaron porque Victoria Eugenia tenía el vestido lleno de sangre, pero no sufrió ningún daño y a pareja se pudo encaminar hacia el Palacio Real.
Este monumento que tenemos aquí es un recordatorio de este atentado y de las víctimas que lo sufrieron.
El monumento que se colocó poco después del atentado fue destruido en 1936.
El que tenemos actualmente fue realizado por el escultor Federico Coullaut-Valera en los años 60 del siglo XX.
Representa a un ángel femenino que sujeta una placa y en la parte de abajo nos recuerda el atentado. Justo enfrente, en el edificio desde el cual Mateo Morral lanzó el ramo de flores y la consiguiente bomba camuflada en él, siempre tiene un ramo de flores recordando este hecho.
Que el día de la boda haya un atentado de este calibre no es muy buen augurio.
Hijos
Peor va a ser cuando nazca el primer hijo, y nace hemofílico (Alfonso de Borbón y Battenberg) de hecho fallecería bastante joven.
Nace el segundo hijo (Jaime de Borbón y Battenberg) y le tienen que operar. Esta operación le provoca sordera, y quedaría sordomudo.
El Rey Alfonso, que se supone que la hemofilia no le importaba, empieza poco a poco a rechazar a Victoria Eugenia.
La Reina Victoria Eugenia se va a quedar en un ambiente de soledad, y el rey empieza a irse de ligoteo y a hacer caso omiso de la reina.
En realidad es una historia bastante triste, porque la Reina Victoria Eugenia intentó congratularse con el pueblo. Trabajó en el Hospital de la Cruz Roja, hizo eventos benéficos para intentar ayudar al pueblo, pero el pueblo tampoco le tuvo mucho cariño.
Exilio
En 1931 la Familia Real tuvo que exiliarse.
Al poco de salir de España, la pareja se separó y ya prácticamente no coincidieron.
Coincidieron en Roma con motivo del nacimiento del futuro Juan Carlos I.
Victoria Eugenia terminó viviendo en Suiza donde recibía visitas de su familia, y tenía mucha amistad con Cayetana Fitz-James Stuart, la duquesa de Alba.
La última vez que estuvo en España, un año antes de fallecer, tuvo lugar con motivo del bautizo de nuestro actual rey Felipe VI. Mientras estuvo en España residió en el Palacio de Liria con la duquesa de Alba.
Está enterrada en El Escorial, en el Panteón de los Reyes, al lado de su marido Alfonso XIII.
5ª Parada: La Reina Mariana de Austria
En Palacio de Uceda, calle Mayor 79, vamos a hablar de la siguiente mujer en la Ruta Madrid en Femenino.
Este es el palacio donde falleció la Reina Mariana de Austria en 1696.
Es probable que la reina Mariana de Austria fuera una de las mujeres que más importancia política tuvo en todo nuestro siglo XVII.
Cuando hablamos del reinado de tal rey no hacemos referencia a las reinas, pero en este caso esta reina tuvo más poder que muchos otros reyes en todo el siglo XVII.
La Reina Mariana de Austria vino a España para tomar en matrimonio a su primo, el príncipe Baltasar Carlos, hijo de Felipe IV. El príncipe falleció justamente en el momento en que se estaban firmando las capitulaciones de boda.
Felipe IV ya no quería casarse, ya tenía su heredero. Pero con la muerte del príncipe heredero tuvo que volver a buscar matrimonio y lo encontró en su sobrina Mariana que había quedado casi viuda después de la muerte del príncipe.
Mariana de Austria era una mujer bastante alegre, era bastante guapa y animada de carácter pero se fue agriando con el tiempo. Primero con esta desgracia de que se te muere el pretendiente, y tiene que casarse con su tío.
Su tío le sacaba casi 30 años, pero además hay que tener en cuenta el tema consanguíneo.
Empiezan a tener hijos. La primera es la infanta Margarita, la famosa del cuadro de Las Meninas de Velazquez. Otros hijos mueren en el parto, mueren poco tiempo después, o mueren en la infancia. Hasta la edad adulta solo le sobreviven dos, Margarita y Carlos II.
Carlos II, como todo el mundo sabe, será un hombre muy enfermizo. Tuvieron que ayudarle a andar hasta que tenía cinco años, no era capaz de mantenerse en pie. Un hombre enfermizo por todos estos temas consanguíneos.
También morirá el que iba a ser el heredero, el príncipe Felipe Próspero, posteriormente también morirá el rey Felipe IV. En este momento ella tiene que hacerse cargo del gobierno, de la regencia, porque su hijo Carlos II es todavía muy joven. Posteriormente cuando es mayor de edad Carlos II ella sigue mandando ya que el carácter de Carlos II, que era un hombre enfermizo, que poco podía ayudar a las labores de gobierno. Por eso es ella la que se va a hacer cargo del gobierno, nombrando a ciertos personajes.
El Padre Nithar, era su consejero. Hay rumores de que llegó a ser su amante. Pero lo que sí es verdad es que terminó siendo el valido, o el primer ministro.
Posteriormente el conde de Valenzuela es el que ocupará este cargo. También se la relacionó con el conde de Oropesa.
Juan José de Austria
En el año 1675 se hace con el poder Juan José de Austria. El único hijo legítimo, habido fuera del matrimonio del rey Felipe IV.
Felipe IV había tenido una relación con María Calderón, la Calderona. Y de ahí nace Juan José de Austria, que era todo lo contrario a su hermanastro Carlos II.
Era un hombre firme, fuerte, duro. Da un golpe de estado y le terminan proclamando como válido, como Jefe de Gobierno.
Lo primero que hace es apartar a Mariana de Austria, la manda al Alcázar de Toledo donde vivirá durante dos años. A los dos años vuelve porque muere Juan José de Austria, y ella vuelve a hacerse cargo otra vez del gobierno.
Carlos II
Casan a Carlos II con una princesa francesa (María Luisa de Orleans). Con esta princesa no tendrá hijos, la relación irá más o menos bien pero al no dar un heredero se la empieza a acuciar. Finalmente es la propia reina Mariana de Austria la que toma cartas en el asunto, y según muchos fue asesinada por la propia reina, no hay nada comprobado. Lo cierto es que murió en extrañas circunstancias.
Tras la muerte de María Luisa de Orleans, la propia reina Mariana de Austria elige a una compatriota suya, Mariana de Neoburgo, princesa alemana. Su madre había tenido 13 hijos, con lo cual ella alguno podría tener.
Cuando viene se encuentra con la horma de su zapato, y es que resulta que Mariana de Neoburgo tenía un carácter más fuerte aún que la propia Mariana de Austria, y finalmente Mariana de Austria tiene que retirarse del Palacio Real, y decide residir en un lugar cercano.
El lugar elegido es el Palacio de los Uceda, donde nos encontramos.
Palacio de los Uceda
El Palacio de los Uceda estaba ocupado en aquel momento por algunos vecinos, pero se les echa del lugar y se hace una reforma bastante importante y en él residirá Mariana los últimos años de su vida.
La imagen que tenemos de Mariana de Austria es un precioso cuadro en el cual aparece más mayor y vestida con toca de monja.
Ella nunca entró como monja a profesar en un convento, pero sí tuvo tanto luto a lo largo de su vida que ya se le acabó el negro y tuvo que vestir como monja, para mostrar mucho más su sufrimiento.
Murió en este mismo lugar en 1696, tenía cáncer de pecho y murió entre un sufrimiento tremendo.
Las circunstancias de su muerte son curiosas:
- Había un eclipse de luna el mismo día y el mismo momento en el que ella muere.
- Cuando se la va a meter en el féretro hay una paloma que está revoloteando todo el rato alrededor del cadáver
- En el momento en el que se le iba a enterrar, una monja pide que le den una camisa de la reina porque ella le había ayudado en varios partos. Se le da la camisa y la monja que había quedado paralítica al día siguiente se levanta curada.
- A la Reina Mariana de Austria la entierran en El Escorial. Cuando unos años después se van a hacer remodelaciones, se desentierra y se va a mortajar. Ella dijo que no quería que la amortajaran, y en el momento en el que los médicos estaban haciendo aquellos procesos, el cuerpo toma un color rojizo. Los médicos, asustados, dejaron todos los utensilios y salieron corriendo.
Se ve que la reina mandaba incluso después de muerta.
6ª Parada: Princesa de Éboli
En la calle de la Almudena, por detrás del Palacio de Abrantes (Instituto de Cultura Italiano), donde encontramos los restos de la antigua iglesia de Santa María de la Almudena, vamos a comentar la historia de una de las mujeres más conocidas de nuestro país: la Princesa de Éboli y aquí justo estuvo su vivienda.
El nombre de la Princesa de Éboli fue Ana Mendoza de la Cerda, y era la hija única de Diego Hurtado de Mendoza, una de las familias nobles más importantes de toda España. Al ser hija única heredó mucho de los títulos que tenía su familia.
Los primeros años de la vida de la princesa de Éboli van a ser una vida bastante normal, entendiendo que su posición era muy importante.
Va a contraer matrimonio con un personaje también muy importante, Rui Gómez de Silva, que estaba trabajando en labores del gobierno durante el reinado de Felipe II. Tienen un matrimonio normal para una noble de la época. Van a tener diez hijos en solo 10 años y posteriormente fallecería su marido.
Al fallecer su marido, decide retirarse al convento de las Carmelitas Descalzas, el mismo que había fundado Santa Teresa de Jesús, que estaba allí con su comunidad.
La princesa de Éboli decidió hacerse una celda a su medida, se llevó joyas, a sus criadas, llevaba una vida en el convento pero no de convento. Después de muchas discusiones con Santa Teresa de Jesús y viendo que no se quería ir, lo que hizo Santa Teresa fue coger a toda su congregación e irse, y la dejaron allí sola en su habitación y con sus criadas.
Se quedó unos días, pero le llega un requerimiento del rey Felipe II, que le dice que se venga a Madrid, donde ya estaba instalada la corte, para hacerse cargo del partido político de su fallecido marido y de sus hijos. La princesa de Éboli comenzó a tener mucha relación, a nivel político, y quizás también amoroso, con Antonio Pérez, secretario de Felipe II.
Ella retomó la situación política del partido de su marido, al que se le reconocía como el partido pacifista, que quería buscar una solución al problema de Flandes y al problema portugués.
Aquí donde nos encontramos, en la Calle de La Almudena fue asesinado Juan de Escobedo, el secretario de don Juan de Austria, que pertenecía al otro partido político. No se sabe con certeza por qué fue asesinado. Hay quien dice que pilló en la cama a la princesa de Éboli con Antonio Pérez, aunque tiene más sentido que el asesinato fuera por temas políticos.
Se cree que al salir de la vivienda de la Princesa de Éboli fue abordado por una serie de personajes que acabaron con su vida. A partir de esto comenzó una investigación.
Antonio Pérez fue detenido y encarcelado en la casa de Cisneros (en la Plaza de la Villa), y posteriormente huyó. La princesa de Éboli posteriormente fue detenida también y obligada al confinamiento.
El primer lugar donde fue retenida fue la torre de Pinto, posteriormente en Santorcaz y finalmente en Pastrana, en su propio palacio, donde tenía derecho a tener alguna criada.
Tras la huida de Antonio Pérez, quisieron controlar mucho más a la Princesa de Éboli, y por ello sólo le permitían salir a tomar el sol una hora en su balcón. De ahí que este balcón, que da a la plaza, reciba el nombre del balcón de la hora, porque era la única hora que salía la princesa de Éboli a tomar el sol. Y allí fallecería.
Es muy conocido el parche que llevaba en el ojo. Hay muchas dudas al respecto del parche. Hay quien dice que perdió el ojo en un accidente de esgrima. Otros dicen que sufría de estrabismo. Otra teoría dice que se ponía al parche para parecer más interesante. Muchos opinan que nunca llevo parche, puesto que no en todos los cuadros aparece con el parche en el mismo ojo, lo cual da lugar a suspicacias. Por otro lado, solo aparece que la Princesa de Éboli llevaba un parque en el ojo en escritos a partir del siglo XVIII, dos siglos después de toda esta historia.
Fue una mujer que su vida estaba llena de intrigas. Algunos hablan de un posible romance también con el propio Felipe II, otros hablan de un romance con Juan de Escobedo. Pero nada sabemos con certeza.
Lo que sí sabemos con certeza es donde se situaba su propia vivienda, que es más o menos donde nos encontramos. La casa cogería un trozo del actual Palacio de Abrantes (Instituto Italiano de Cultura), y otro trozo a los jardines que encontramos junto a la Catedral de la Almudena.
7ª Parada: Reina Sancha de León
Plaza de Oriente junto a los jardines del Cabo Noval, encontramos varias estatuas de los reyes de España a lo largo de la historia. Las estatuas que encontramos aquí se iban a colocar encima del Palacio Real.
Después de la construcción del Palacio Real, se decidió que el escultor Domenico Olivieri realizara una serie de esculturas para poner en la cornisa del Palacio Real, con todos los reyes de la historia de España. Serían visigodos, suevos, de cada uno de los reinos de Castilla y León, también algunos reyes de Portugal. Pero no llegaron a colocarse, y se instalaron en diferentes lugares.
Aquí en la Plaza de Oriente se conservan veinte, en dos hileras de diez reyes en cada uno de los lados. De estos 20, solo aparece una mujer, la reina Sancha de León.
Sancha de León fue reina, no solo de León, sino, como reza en su sepultura en la Cripta de San Isidoro en León, reina de toda España. Fue reina por derecho propio, no por casamiento o reina consorte.
La futura Reina Sancha de León, era hija del rey Alfonso V de León. El reino de León no lo iba a heredar ella, si no su hermano Bermudo III.
Ella se casa con un conde de Castilla, un tal García. Al salir de la iglesia donde se casaron en León, este conde fue asesinado. Ella juró venganza. Existen varios romances medievales hablando del dolor que padeció, de la venganza que prometió, y de cómo fue a ajusticiar a los culpables.
El condado de Castilla quedó extinguido, porque García era el único heredero que quedaba.
El que tomó el poder en Castilla fue Fernando. Ya no solo fue conde, sino que se intituló como Rey de Castilla y le casaron con Sancha. Como Sancha se había casado con el último conde de Castilla, lo lógico es que el siguiente sucesor también fuera casado con ella. Con lo cual ella se convirtió en reina de Castilla. Poco después también se convierte en reina de León, porque su hermano Bermudo III murió en batalla.
La gente de León no quería un rey extranjero, por tanto no vieron con buenos ojos a Fernando, el esposo de Sancha. Se decidió que ella fuera la reina y que él solamente fuera el rey consorte.
Además, Fernando se dedicaba a hacer la guerra, conquistó territorios entre los ríos Duero y Tajo. Siempre dejaba en el gobierno a su esposa, doña Sancha, y era la que tomaba las decisiones.
Sancha y Fernando realizaron varias obras importantes, obras benéficas, construcción de monumentos, construcción de edificios… Entre ellos el enterramiento del cuerpo de San Isidoro de Sevilla en León. Se trajo este féretro para ser enterrado en una nueva iglesia, en la Cripta de San Isidoro en León. Se la llama la capilla sixtina del arte medieval, y es una de las construcciones más bonitas que tenemos en España.
Por otro lado también realizaron un precioso crucifijo en marfil, que tenemos expuesto en el Museo Arqueológico. Otra de las joyas que ellos realizaron, fue un bonito beato que se conserva en la Biblioteca Nacional. Se trata del libro miniado manuscrito más importante de todo el tiempo medieval. Se llama “el Beato de Fernando y Sancha” haciendo referencia a los dos que pusieron el dinero.
Tras la muerte de Fernando, la Reina Sancha de León, queda como reina regente, pero los territorios son repartidos a los hijos de este matrimonio.
Cada uno de los cinco hijos recibió un territorio diferente, y aunque la madre intentó que se llevaran bien entre ellos, cuando ella muere en 1066, se enfrentan entre ellos, y el que gana es Alfonso, el futuro Alfonso VI, rey de Castilla y rey de León.
Aquí tenemos su estatua, la estatua de la Reina Sancha de León. La calidad de la estatua no es muy buena, porque era para ser expuesta en la parte superior del Palacio Real, por tanto para verla con una distancia bastante grande, por eso el acabado no es demasiado importante.
Pone que la fecha de su muerte es el año de 1000, algo imposible, un error que se cometió cuando se hizo alguna de las restauraciones.
La figura que aparece a su lado es su marido, Fernando I, para que estuvieran juntos por el resto de la eternidad. El resto de figuras que tenemos colocadas en diferentes lugares no guardan ningún orden.
8ª Parada: Infanta Isabel
Nos encontramos en la calle Princesa, calle que hace referencia a uno de los personajes de nuestra monarquía más queridos. Nos referimos a Isabel de Borbón y Borbón, La Chata.
Vamos a recordar su historia, y a hablar de los monumentos que hacen referencia a este personaje, la Infanta Isabel.
Isabel de Borbón y Borbón fue la hija primogénita de Isabel II, fue la primera princesa de Asturias y es que se acababa de aprobar una ley que le permitía esto.
Desde pequeña fue instruida en la monarquía. Siempre fue muy querida por el pueblo porque le gustaba practicar deporte, las fiestas, hablar con la gente de a pie. Algo que apreció mucho la población. Fue una de las mejores embajadoras de la monarquía española, le encantaba montar a caballo, las corridas de toros, las ferias… Se contaba que siempre visitaba diferentes lugares, se vestía con los trajes regionales de la zona.
Lo de Chata era un apodo cariñoso que venía de su nariz, que era pequeña y un poco aplastada. Hay quien dice que el motivo de esta nariz fue un accidente de caballo cuando era joven.
Cuando nace su hermano Alfonso XII, pasa el título de Príncipe de Asturias a él. Ella le trataría como una segunda madre. Se hizo cargo de su educación, intentó tenerle cerca para que se criara bien y aconsejarle.
Contrae matrimonio con Cayetano, un príncipe italiano de la familia de los Borbones. Pero el matrimonio no funcionó nada bien por varios motivos:
- El príncipe Cayetano tenía ataques epilépticos, y esto no lo sabía Isabel cuando se casaron. Se dice que se dio cuenta la noche de bodas.
- Cayetano tuvo depresiones, y esto se agudizó cuando el primer embarazo de La Infanta Isabel terminó en aborto. Lo que terminó ya de desorientarle, y al poco tiempo se suicidó pegándose un tiro.
La Infanta Isabel quería mucho a su marido y lo pasó bastante mal tras su muerte. Y nunca volvió a casarse ni se le conoció otra relación.
Durante su viaje de bodas, destronan a Isabel II, con lo cual al terminar el mismo, no puede volver a España, sino que tiene que ir a París.
Al nacer su sobrino, Alfonso XIII también cuidaría mucho de él. Sin embargo cuando llegó a su mayoría de edad no iba exactamente por el camino que le gustaba a la Infanta Isabel, y La Chata intentó alejarse en cierta medida de él.
En el año 1900 se compra su casa en Madrid, el llamado Palacio de La Chata o Palacio de Quintana, porque está en la calle Quintana, y allí viviría hasta 1931.
En 1931, cuando se proclama la Segunda República, la familia real se ve obligada al exilio. La Infanta Isabel recibió una invitación de la República para que se quedara viviendo en Madrid si quería.
Ella evidentemente dijo que no, que se marchaba con su familia y sólo cinco días después de salir de nuestro país fallecía muy cerca de París.
Fue muy querida. Es muy recordado su viaje a Argentina en representación de la monarquía española por el cien aniversario de la independencia de este país.
Ha recibido multitud de homenajes. El Hospital de la Princesa recibe su nombre por la infanta Isabel. Cuando La Chata iba a ser bautizada en la Basílica de Atocha, Isabel II sufrió un atentado. El cura Merino intentó apuñalar a la reina que tuvo mucha suerte de que los corsés que llevaba hicieron que no se clavara el cuchillo. Isabel II decidió crear un hospital y darle el nombre de Hospital de la Princesa, en honor a la niña.
Otros homenajes en la ciudad de Madrid a la Infanta Isabel, es el que encontramos en el paseo de Pintor Rosales, un monumento dedicado en exclusiva a Isabel de Borbón en el que aparece con un vestido muy elegante con decoraciones de flor de lis.
9ª Parada: Emilia Pardo Bazán
En el Jardín de las Feministas, en la calle Princesa, encontramos un monumento a Emilia Pardo Bazán.
Una mujer importante e interesante. Una de las mujeres más cultas, de las más influyentes y de las más poderosas socialmente hablando de todo nuestro siglo XIX y principios del XX, época en la que ella vivió, doña Emilia Pardo Bazán, la condesa de Pardo Bazán.
Hay muchos lugares en Madrid que recuerdan a Emilia Pardo Bazán:
- El Ateneo de Madrid, del que ella fue la primera presidenta mujer de la sección de literatura.
- Universidad Central: ella fue la primera mujer que llegó a ser catedrática de lenguas neolatinas.
- Las casas donde vivió:
- Número 55 de la actual calle de San Bernardo, lo que era el número 1 de la calle Ancha de San Bernardo. Una propiedad de sus padres y luego suya.
- Número 33 de la calle Princesa. Un lugar que le alquiló su hija, que vivía en la calle Tutor, para tenerla cerca.
- El lugar donde fue enterrada: la cripta de la Basílica de la Concepción, en la calle Goya.
Donde nos encontramos es un monumento también dedicado a ella, realizado en 1926 por el escultor Rafael Vela del Castillo, un escultor clasicista, con buenos detalles.
Emilia Pardo Bazán aparece sentada, descansando de la lectura, mirando a su alrededor. Ella siempre estaba escrutando a la sociedad, para intentar entender el comportamiento humano.
En la parte inferior de la escultura tenemos una referencia a una de sus obras más importantes: “Los pazos de Ulloa”. Un carro con heno y dos mujeres dirigiéndolo. Escrita entre 1886 y 1887, es una obra que se basa en el campo gallego, mostrando la decadencia del mundo rural y de la nobleza rural.
Este monumento fue costeado por un grupo de damas que hicieron una suscripción popular. Una de las promotoras y que más dinero puso, fue la Duquesa de Alba y por eso está colocado justo a los pies del palacio de Liria, residencia de la Duquesa de Alba.
Se sabe que a la muerte de Emilia Pardo Bazán hubo importantes cortejos fúnebres, un gran dolor por parte de la gente.
Emilia Pardo Bazán era hija de los condes de Pardo Bazán, de don José Pardo y Bazán. Era hija única y su padre se volcó en su educación y su promovió muchísimo la educación de las mujeres.
Emilia era una mujer muy bien educada, muy leída. Realizó varios viajes por el extranjero, aprendió diferentes idiomas, fue la primera corresponsal en el extranjero que tuvimos. Llegó a dirigir la cátedra de lenguas Neolatinas, llegó a dirigir la sección literaria del Ateneo de Madrid y también recibió diferentes títulos, condecoraciones y premios a lo largo de su historia. Llegó a ser la principal consejera en temas educativos y culturales del rey Alfonso XIII.
Algo que siempre le dolió, es que por ser mujer no recibiera mayores méritos. Ella siempre dijo: “Si en mi tarjeta de identidad pusiera Emilio en lugar de Emilia mi vida hubiera sido muy diferente”.
Ella nunca entró en la Real Academia Española de la Lengua. También porque ella con varios de sus escritos dejó en mal lugar a algunos escritores españoles. En “La cuestión palpitante”, una obra de 1883, critica la literatura española de la época comparándola con la francesa. Algo que hizo que muchos literatos importantes le dieran la espalda. También le dio la espalda su propio marido.
Ella se había casado con 16 años con José Fernando Quiroga, y había tenido un matrimonio bastante feliz, pero su marido no veía con buenos ojos que escribiera. Pero sobre todo que escribiera sobre temas controvertidos, incluso hablando de temas sexuales, o infidelidades. Temas que estaban mal vistos por la sociedad.
El marido le dio a elegir: “o la escritura yo” y ella eligió la escritura.
Uno de los temas más controvertidos de Emilia Pardo Bazán es su relación con Benito Pérez Galdós.
Tenían una muy buena amistad, que después que ella rompiera su matrimonio decidió embarcarse en un romance él. Algo que se sabe por unas cartas que han salido a la luz hace unos años.
En estas cartas se habla de este romance, y que se rompió porque Emilia Pardo Bazán tuvo una relación con José Lázaro Galdeano. Aunque Emilia le dijo a Benito que había sido un error momentáneo de los sentidos, Benito no lo perdonó y se acabó esta relación.
Emilia fue la primera persona que escribió sobre temas sociales, sobre huelgas, sobre conflictos sociales, sobre los problemas de los trabajadores y también luchó durante su vida por el feminismo.
Emilia Pardo Bazán luchó por que la mujer tuviera un papel más preponderante en la sociedad. Por eso se ha decidido dedicar este jardín donde se encuentra la estatua, a las feministas. Se llama El Jardín de las Feministas.
10ª Parada: Clara Campoamor
Nos encontramos en la Plaza de Guardias de Corps para homenajear a Clara Campoamor. Abogada, escritora, articulista y defensora de los derechos de la mujer.
Este busto lleva aquí desde 2006, se trata de una obra de Lucas Alcalde. En el año 2018 alguien robó el busto, y hubo que reponerlo, y se puso el que tenemos ahora.
Clara Campoamor nació en 1888 y es la única mujer de todas las que hemos visto que nacía en Madrid. Tuvo una infancia un poco complicada, porque con diez años moría su padre, así que tuvo que abandonar los estudios para dedicarse a contribuir a la economía familiar.
En 1919 se sacó una oposición del cuerpo de Correos y Telégrafos y se fue a trabajar a San Sebastián. Después se sacó otra convocada por el Ministerio de Instrucción Pública y se trasladó a Madrid para trabajar como mecanógrafa y taquígrafa.
Entre los oficios que realizó destaca el haber sido secretaria del director del periódico La Tribuna, donde empieza a interesarse por la política y empieza a escribir artículos.
En 1924 se sacó el bachillerato, ya que su máxima aspiración era empezar estudios universitarios. Se sacó la carrera de Derecho, convirtiéndose en una de las primeras mujeres españolas en ejercer este oficio.
Fue en la Segunda República (1931) cuando comenzó a entrar en política, y fue en este momento cuando empezó su lucha particular, la batalla por conseguir el voto femenino.
Dentro de las filas republicanas había mucho debate con respecto a esto, ya que había mujeres que consideraban que las mujeres tenían que votar, pero más tarde. Clara Campoamor era la única que pensaba que en 1931 la mujer tenía que ejercer este derecho.
En las elecciones de 1931 fueron dos mujeres las que obtuvieron su escaño: Victoria Kent por el Partido Radical socialista, y Clara Campoamor en el Partido Radical.
Ambas querían luchar por los derechos de las mujeres pero las dos tenían opiniones contradictorias con respecto al voto femenino.
Se iniciaron muchísimos debates en el Congreso, y finalmente con 161 votos a favor y 121 en contra, ganó el voto femenino.
En 1933 cuando votaron las mujeres comenzó el escarnio público para Clara Campoamor. Se le echó la culpa de que las mujeres habían votado a las derechas y por eso Clara Campoamor fue apartada de la política. Ella tenía opiniones contradictorias respecto al rumbo que estaba tomando la política y se marchó a Francia.
Cuando empieza la guerra civil ella se marcha a Buenos Aires donde escribiría una obra que sería “mi pecado mortal: el voto femenino y yo”, donde escribiría todas las experiencias que había tenido con respecto a esto y los meses que había vivido en el gobierno.
Nunca volvería a España, vivió entre Buenos Aires y Suiza donde moriría en 1972.
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