A finales del siglo XIX aparece una corriente artística con la idea de que ya había llegado el futuro. En España se le llamó «Modernismo» como en otros países pero en Francia, Bélgica, Italia y Alemania se le llama «Art nouveau».
El modernismo abarca tanto la arquitectura, decoración, pintura, escultura, cristalería e incluso joyería, literatura e ilustración. En la arquitectura supuso un gran cambio sobre los estilos usados anteriormente, el modernismo se hacía camino principalmente en construcciones como teatros, museos, viviendas, edificios de oficinas, palacios de exposiciones, dejando un poco de lado la construcción de las iglesias y los palacios. Aunque sin olvidar en el nuevo estilo arquitectónico el artesanado de la Edad Media. Las edificaciones con arte modernista solían demostrar el poder económico de sus propietarios, así como una mayor eficacia económica eliminando estancias y partes de los edificios que ya no se consideraban necesarios.
En la construcción modernista se usan más los materiales como el acero, hierro, el vidrio y el cemento, sin dejar atrás otros materiales como la piedra, la madera y el ladrillo visto, pero estos últimos teniendo menos protagonismo en las edificaciones. Algunos ejemplos de edificios modernistas son las grandes estaciones de ferrocarril con un gran uso de hierro para la estructura y vidrio.
En España el arte modernista se usa más por el norte de la península y algún punto del sur. Pero por zonas del centro del país no destaca mucho su uso. Si destaca el modernismo valenciano más influenciado por el modernismo del norte europeo. Ejemplos de arquitectura modernista en España son el El Capricho de Gaudí en Comillas, Gran Hotel en Cartagena, la Casa Pereira II en Ferrol, el Casino de Zamora, el Palacio Longoria de Madrid, Palacio de la música Catalana en Barcelona y Can Cassayas en Palma de Mayorca.
Algunas construcciones como la Sagrada Familia de Barcelona tienen una mezcla de estilos de arte modernista y ecléctico.
Algunas construcciones de arte modernismo en España
