Rutas culturales por las ciudades de España para descubrir su historia y patrimonio caminando en zapatillas. Rutas a pie urbanas y senderismo.

Ruta Luces de Bohemia

Ruta literaria en Madrid siguiendo una de las mejores obras del siglo XX, Luces de Bohemia, de Valle Inclán, ha sido calificada como la mejor obra de teatro de todo el siglo XX español. 

Esta obra transcurre en 24 horas en la ciudad de Madrid, y la ruta de Luces de Bohemia vamos a recorrer los lugares que recorre el protagonista. 

Los lugares de los que habla son lugares muy reconocibles de la ciudad, por los que pasaremos: la chocolatería de San Ginés, el Pretil de los Consejos, el Ministerio de la Gobernación, o el Callejón del Gato. 

Luces de Bohemia
Luces de Bohemia, Valle Inclán

Luces de Bohemia fue publicada por primera vez en 1920, por entregas. En el año 1924 es reeditada y ampliada, se incluyen tres escenas nuevas. Es una obra de teatro y estaba hecha para ser estrenada en un teatro, sin embargo no se entrena hasta 1963 en París. En 1970 se estrena en España, en Valencia. En 1971 se estrena en Madrid. Desde ese momento se ha puesto sobre las tablas varias veces, la última en 2018 en el Centro Dramático Nacional. 

Si no fue estrenada antes fue por:

  1. la censura, que la prohibió. Muchas obras de Valle Inclán estaban prohibidas. 
  2. la gente no entendía la obra. 

La obra está escrita de una manera rara, con juegos y cosas sin sentido. El subtítulo de la obra es “Esperpento”: algo extraño, algo estrambótico. Es más fácil entenderla como una película que como una obra de teatro. En el año 1985 se realizó una película basada en la propia obra de teatro. 


1ª Parada: Cueva de Zaratustra

La primera parada de la Ruta Luces de Bohemia la vamos a hacer en el Pretil de los Consejos. Esta calle va desde la calle Mayor a la calle Segovia. En ella había una barandilla (o pretil) ligeramente elevada en la cual se reunían los consejeros del rey.  

Nos encontramos justo al lado del Palacio de los Consejos, el Palacio de Uceda. En este palacio se establecían las reuniones del Consejo de Castilla, el de Marina, el de guerra, el de Indias, el de gracia, de Justicia… Los consejeros para no discutir delante del rey, se salían al pretil. En el pretil tomaban las disposiciones oportunas, luego ya iban donde el rey, y ya decidían. 

La primera escena de la obra no es aquí, sino que es en la calle San Cosme. La calle San Cosme está bastante cercana a la calle Santa Isabel y la zona del Reina Sofía. Esa primera escena es en la buhardilla (la casa) de Max Estrella.  

Pretil de los Consejos
Pretil de los Consejos, Madrid – Oliver Vogler (CC BY 2.0)

Está allí junto con su familia y aparece un amigo suyo. Este amigo es don Latino de Híspalis, que es amigo pero un poco. Don Latino le dice que le han dado poco dinero por los libros que ha vendido. Max se enfada y le dicen que vayan donde el librero a por el dinero o que les devuelva el libro. 

La librería donde acuden es la cueva de Zaratustra. La librería estaba ubicada en el Pretil de los Consejos, por eso acuden aquí. Don Latino de Híspalis le dice a Max que le pida al librero el libro o el dinero. El libro está encima del mostrador, pero cuando llega Max le dice que ya lo ha vendido. El librero esconde el libro debajo del mostrador. Hay que indicar que Max Estrella está ciego. 

Luces de Bohemia

La cueva de Zaratustra en el Pretil de los Consejos. Rimeros de libros hacen escombro y cubren las paredes. Empapelan los cuatro vidrios de una puerta cuatro cromos espeluznantes de un novelón por entregas. 

En la cueva hacen tertulia el gato, el can, el loro y el librero. 

Zaratustra, abichado y giboso -la cara de tocino rancio y la bufanda de verde serpiente (En la obra las descripciones están muy adjetivadas)- promueve con su caracterización de fantoche, una aguda y dolorosa disonancia muy emotiva y muy moderna. 

Encogido en el roto pelote de su silla enana, con los pies entrapados y cepones en la tarima del brasero, guarda la tienda. 

Un ratón saca el hocico intrigante por un agujero.

Zaratustra: ¡No pienses que no te veo, ladrón!

El gato: ¡Fu! ¡Fu! ¡Fu!

El can: ¡Guau!

El loro: ¡Viva España!

Zaratustra, el librero que aparece aquí, se puede representar con un librero real de la época de Valle Inclán.  

El librero Pueyo, la librería de Pueyo.  La librería de Pueyo se sabe que se sabe que en origen estaba por aquí.Este librero Pueyo, que había publicado muchas obras de modernistas, había engañado al propio Valle Inclán. Valle Inclán se vengó de él en esta obra, diciendo que era un rastrero, un ruin, y un mezquino. 

Todos los capítulos de Luces de Bohemia empiezan con un objetivo y terminan de una forma completamente diferente. 

En este caso terminan con una conversación sobre política, y sobre cómo podría mejorarse el país. 

Aparece un personaje llamado don Gay Peregrino

Don Gay era un viajante que había estado en Inglaterra, y que decía que allí todo iba mejor, que los perros los ataban con longanizas, y que todo el mundo era rico.  

Luces de Bohemia

Don Gay: maestro, tenemos que rehacer el concepto religioso, en el arquetipo del hombre-dios. Hacer la revolución cristiana, con todas las exageraciones del evangelio.

Don Latino: son más que las del compañero Lenin.

Zaratustra: sin religión no puede haber buena fe en el comercio.

Don Gay: maestro, hay que fundar la iglesia española independiente.

Max: y la sede vaticana, el Escorial.

Don Gay: ¡magnífica sede!

Max: berroqueña.

2ª Parada: El Anarquista Mateo y “La noche de Max Estrella”

Siguiendo la ruta de Luces de Bohemia, y el recorrido de Max Estrella, después de salir de la cueva de Zaratustra, de la librería, acuden al monumento en honor al atentado de la boda real de Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg

Cuando llegan por esta zona, en la calle Mayor, se encuentran con unos policías que corren detrás de un anarquista. Es justo el mismo lugar desde el que se arrojó la bomba en forma de un ramo de flores. El edificio de la calle Mayor 79, es desde el que se arrojó aquella bomba en forma de ramo de flores. 

Calle Mayor 79, Madrid
Calle Mayor 79, Madrid – Tamorlan (CC BY 3.0)

El  anarquista al que persiguen y que luego se lo encuentra en la cárcel, se llama Mateo. Este anarquista es catalán o dice que es catalán. El nombre de Mateo es el de Mateo Morral, el mismo anarquista que hizo el atentado de la boda real.  

Al final de la obra le van a fusilar, se escapa corriendo de unos policías, le pegan un tiro por la espalda, o sea que muere igual que el apóstol San Mateo.  

Noche de Max Estrella

En este mismo lugar es donde empieza todos los años Noche de Max Estrella

La Noche de Max Estrella es una celebración hecha por un grupo de actores y escritores que empezaron haciendo esta representación con el patrocinio del Círculo de Bellas Artes y otros organismos.  

Empiezan en casa Ciriaco y van recorriendo las escenas que más o menos iremos recorriendo nosotros ahora. 

Ellos introducen algunas que nosotros no vamos a ver: pasan a ver la casa donde nació Lope de Vega o donde vivió Calderón de la Barca, o visitan la estatua de Cervantes en el Congreso de los Diputados (donde hacen reivindicaciones políticas). 

En Dublín, desde hace ya muchísimos años, se celebra el Bloomsday. El Bloomsday hace el mismo recorrido que se hace en el Ulises de James Joyce, se va por todas las tabernas y por todos los tugurios visitando todo lo que tiene que ver con aquella obra. 

La noche de Max Estrella se celebraba al principio el día 23 de abril, que es el día del libro. Posteriormente se terminó celebrando el día 26 de marzo, la noche de los teatros.  

Esa noche además, se representan obras relacionadas con Valle Inclán. 

La primera Noche de Max Estrella empezó en este lugar, Casa Ciriaco (Calle Mayor 79) el día 23 de abril con 700 personas. A la una de la madrugada todavía quedaban 400 personas. A las 3 de la madrugada se fueron al Círculo de Bellas Artes a comerse un cocido, y ya quedaban 100. Y por último a las 7 de la madrugada, solamente había dos, que fueron a comprar lotería en Doña Manolita. 

En el edificio de Casa Ciriaco hay un rótulo, una plata realizada en mármol. 

Esas placas las vamos a ver a lo largo de todo el recorrido, se fueron colocando en diferentes años relacionados con La Noche de Max Estrella.


3ª Parada: Madrileñismo y suicidios

Siguiendo la ruta Luces de Bohemia, llegamos hasta la Plaza de Santiago. En la iglesia de Santiago es donde se hicieron las exequias fúnebres a la muerte de Mariano José de Larra. 

Mariano José de Larra vivió en la calle Santa Clara 3, muy cerca de aquí. Se trajo el cuerpo de forma rápida a este lugar.  Se le tapó para que nadie se diera cuenta que se había pegado un balazo. Todo el mundo sabe Larra se suicidó. En este libro, Luces de Bohemia, aparece referido el suceso de Larra. 

Iglesia de Santiago
Iglesia de Santiago, Madrid

Moderno

Luces de Bohemia es un libro muy moderno. Trata de temas muy modernos. Temas que incluso actualmente son tabú o no queremos hablar demasiado de ellos. 

En la obra dos personajes hablan de cómo quieren ser enterrados, por qué rito ser enterrados. Algo que no se hablaría normalmente. 

También se habla del suicidio. Algo que provocó que esta obra estuviera prohibida, entre otras cosas, en tiempos del franquismo.  

Al final de la obra leen en un periódico que ha muerto una mujer y su hija porque han inhalado carbón, y piensan si fue accidente o suicidio. El personaje de Max Estrella habla de que lo mejor es irse, lo mejor es largarse y quitarse de este mundo. El suicidio es un tema al que se alude bastante. 

Valle Inclán no era madrileño, era gallego, pero vivió mucho tiempo en Madrid y conocía perfectamente el vocabulario de Madrid. 

En un momento están Max Estrella y Don Latino de Híspalis, borrachos, andando por las calles de Madrid y se encuentran con dos prostitutas. Una de las prostitutas se le acerca a Max Estrella y le dice “vente a mi casa que te hago caricias”. A lo que le contesta a Max Estrella “preferiría irme a la calle de la pasa”. Todo el mundo sabe en Madrid que “el que no pasa por la calle de la pasa, no se casa”.  

En otra de las partes de la obra Max Estrella le dice a Don Latino “mejor prefiero ir a darme un vuelo al viaducto”. Todo el mundo en Madrid también sabe que el viaducto de la calle Bailén era muy propio para los suicidas. Justo al inicio de la obra, a Max Estrella le acaban de despedir de su trabajo como escritor, y se ve sin posibilidades. Habla con su mujer que le intenta reconducir, pero aquí se ve claramente cómo tratan el tema del suicidio. 

Luces de Bohemia

Madama Collet: Otra puerta se abrirá. 

Max: La de la muerte. Podemos suicidarnos colectivamente.

Madama Collet: A mí la muerte no me asusta. ¡Pero tenemos una hija, Max!

Max: ¿Y si Claudinita estuviese conforme con mi proyecto de suicidio colectivo?

Madama Collet: ¡Es muy joven!

Max: También se matan los jóvenes, Collet.

Madama Collet: No por cansancio de la vida. Los jóvenes se matan por romanticismo. (Ahí habla de Larra claramente). 

Max: Entonces, se matan por amar demasiado la vida. Es una lástima la obcecación de Claudinita. Con cuatro perras de carbón, podíamos hacer el viaje eterno. 

Madama Collet: No desesperes. Otra puerta se abrirá.

4ª Parada: Cuestiones históricas y crudeza literaria

La siguiente parada de la ruta Luces de Bohemia la hacemos en la Plaza de Isabel II.

Luces de Bohemia realmente no tiene una época concreta en la que se desarrolla. Está enfocada en la época de la Restauración borbónica, desde el reinado de Alfonso XII. Y más concretamente en el reinado de Alfonso XIII. Es bastante probable que sea la primera o la segunda década del siglo XX. Pero exactamente no se sabe.  

Introduce a Rubén Darío, que muere en 1916. Habla de la revolución rusa que sucede en 1917. Dice que acaba de morir Benito el Garbancero (Benito Pérez Galdós), con lo cual tiene que ser a partir de 1920. Por otro lado mete a Mateo Morral, el anarquista, que fue fusilado en 1907. 

Lo único que nos quiere decir realmente es que puede suceder en cualquier momento de esas épocas, en Madrid.  

La obra sucede en 24 horas, pero no se sabe en qué momento del año sucede. Por un lado nos dice que “había un viento primaveral”, pues podemos pensar que estamos en primavera. Pero luego dice “acaban de caer las últimas hojas”, pues es otoño. Por otro lado dice “hacía un frío invernal” pues es invierno. En otro momento nos dice “corre una leve brisa veraniega”.  

Muchos críticos han pensado que Valle Inclán estaba loco o drogado, que se despistaba… Pero estos fueron errores premeditados, se estaba quedando con el público. 

Los temas de los que habla el libro, son temas muy crudos. Parece que todo es divertido, pero si se lee con detenimiento, se encuentran críticas. 

Luces de Bohemia

Una calle del Madrid austriaco. Las tapias de un convento. Un casón de nobles. Las luces de una taberna. Un grupo consternado de vecinas, en la acera. 

Una mujer, despechugada y ronca, tiene en los brazos a su niño muerto, la sien traspasada por el agujero de una bala. 

Max Estrella y Don Latino hacen un alto. 

Max: También aquí se pisan cristales rotos. 

Don Latino: ¡La zurra ha sido buena! 

Max: ¡Canallas..! ¡Todos…! ¡Y los primeros nosotros, los poetas!

Don Latino: ¡Se vive de milagro! 

La Madre del niño: ¡Maricas, cobardes! ¡El fuego del Infierno os abrase las negras entrañas! ¡Maricas, cobardes! 

Max: ¿Qué sucede, Latino? ¿Quién llora? ¿Quién grita con tal rabia? 

Don Latino: Una verdulera, que tiene a su chico muerto en los brazos.

Max: ¡Me ha estremecido esa voz trágica! 

La Madre del niño: ¡Sicarios! ¡Asesinos de criaturas! 

El Empeñista: Está con algún trastorno y no mide palabras. 

El Guardia: La autoridad también se hace cargo. 

El Tabernero: Son desgracias inevitables para el restablecimiento del orden. 

El Empeñista: Las turbas anárquicas me han destrozado el escaparate. 

La Portera: ¿Cómo no anduvo usted más vivo en echar los cierres? 

El Empeñista: Me tomó el tumulto fuera de casa. Supongo que se acordará el pago de daños a la propiedad privada.

5ª Parada: Buñolería Modernista

La Plazuela de San Ginés y el pasadizo de San Ginés aparecen también referido en la obra Luces de Bohemia. 

Max Estrella y Don Latino hacen parada en la buñolería Modernista, pero sabemos que es la Chocolatería San Ginés. Vienen a la Buñolería Modernista porque van persiguiendo a una mujer que les ha robado un décimo de lotería.  

En aquella época en la chocolatería de San Ginés vendía bebidas de alta graduación.   

Hay un mural en el cual aparece representado Valle Inclán y también aparece Benito Pérez Galdós. 

Valle Inclán y Benito Pérez Galdós eran muy asiduos, y todo el modernismo era muy asiduo a este lugar.  

No venían a comer churros, sino que venían a beber bebidas de alta graduación.  

La absenta les gustaba mucho (ahora se entiende mejor porque Valle Inclán escribe así). 

Al principio de esta escena uno de los personajes dice “estamos pisando arena, esto no está asfaltado”, y es que el pasadizo de San Ginés fue una de las últimas calles que fue asfaltada en el centro de Madrid.  

Valle Inclán comienza cada escena describiendo la luz que hay: luz de candil, luz de farolas, luz de luna, luz de sol, a media luz… 

Luces de Bohemia

Noche. Max Estrella y Don Latino de Hispalis tambalean asidos del brazo por una calle enarenada y solitaria. Faroles rotos, cerradas todas, ventanas y puertas. En la llama de los faroles un igual temblor verde y macilento. La luna sobre el alero de las casas, partiendo la calle por medio. De tarde en tarde, el asfalto sonoro. Un trote épico. Soldados Romanos. Sombras de Guardias: Se extingue el eco de la patrulla. La Buñolería Modernista entreabre su puerta, y una banda de luz parte la acera. Max y Don Latino, borrachos lunáticos, filósofos peripatéticos, bajo la línea luminosa de los faroles, caminan y tambalean.

Max: ¿Dónde estamos?

Don Latino: Esta calle no tiene letrero.

Max: Yo voy pisando vidrios rotos.

Don Latino: No ha hecho mala cachiza el honrado pueblo.

Max ¿Qué rumbo consagramos?

Don Latino: Déjate guiar.

Max: Condúceme a casa.

Don Latino: Tenemos abierta La Buñolería Modernista.

Max De rodar y beber estoy muerto.

Don Latino: Un café de recuelo te integra.

El café de recuelo es el que se cuela una y otra vez y al final son todo posos.

Interior buñolería

Dentro de la Buñolería Modernista aparecen varios personajes, personajes que son reales. Son personajes que ni estudian ni trabajan. Eran personajes que vivían de sus padres y de lo que podían rapiñar de unos y otros. Eran escritores pero realmente no escribían y no publicaban nada. Pero adoraban a Max Estrella, que había sido un gran escritor, aunque también se reían de él. Se piensa que Max Estrella puede ser un alter ego de Valle Inclán.  

Luces de Bohemia

Dorio de Gadex: Maestro, preséntese usted a un sillón de la Academia. 

Valle Inclán nunca entró a la Real Academia de la Lengua, nunca consiguió entrar. 

Max: No lo digas en burla, idiota. ¡Me sobran méritos! Pero esa prensa miserable me boicotea. Odian mi rebeldía y odian mi talento. Para medrar hay que ser agradador de todos los Segismundos. ¡El Buey Apis me despide como a un criado! 

Hay una teoría de que el buey Apis podría ser el director de su periódico, y otra que dice que podría ser el Ministro de Instrucción Pública. 

¡La Academia me ignora! ¡Y soy el primer poeta de España! ¡El primero! ¡El primero! ¡Y ayuno! ¡No me humillo pidiendo limosna! ¡Y no me parte un rayo! ¡Yo soy el verdadero inmortal y no esos cabrones del cotarro académico! ¡Muera Maura! 

Los Modernistas: ¡Muera! ¡Muera! ¡Muera!

Clarinito: Maestro, nosotros los jóvenes impondremos la candidatura de usted para un sillón de la Academia.

Dorio de Gadex: Precisamente ahora está vacante el sillón de Don Benito el Garbancero.

Max: Nombrarán al Sargento Basallo.

El sargento Basallo fue nombrado académico en el año 1921. El único mérito que había realizado era escribir un libro sobre su cautiverio en el norte de África. Como tenía reconocimientos y buenos consejeros y amigos pues le enchufaron para conseguir este puesto. 

Después de toda esta conversación tan estrambótica salen a la puerta porque hay un tumulto. Los guardias acuden a este lugar para cerrar el local. 

Max Estrella, envalentonado ante el discurso que le han dado sus compañeros, sale en cabeza y se enfrenta a los guardias. Los guardias finalmente se lo llevan al calabozo.


6ª Parada: Puerta del Sol

La siguiente parada de la ruta Luces de Bohemia será en la Puerta del Sol, pero en esta plaza habrá varios emplazamientos.

Ministerio de Gobernación (calabozos)

De la Buñolería Modernista los guardias traen a Max Estrella a los calabozos del Ministerio de la Gobernación, el actual edificio de la presidencia de la Comunidad de Madrid.  

El edificio de la Casa de Correos fue el Ministerio de la Gobernación desde mediados del siglo XIX hasta muy entrado ya el siglo XX. 

En la parte de abajo todavía se conservan las estancias estaban los calabozos.

Luces de Bohemia

Zaguán en el Ministerio de la Gobernación. Estantería con legajos. Bancos al filo de la pared. Mesa con carpetas de badana mugrienta. Aire de cueva y olor frío de tabaco rancio. Guardias soñolientos. Policías de la Secreta. Hongos, garrotes, cuellos de celuloide, grandes sortijas, lunares rizosos y flamencos: Hay un viejo chabacano -bisoñé y manguitos de percalina-, que escribe, y un pollo chulapón de peinado reluciente, con brisas de perfumería, que se pasea y dicta humeando un veguero. Don Serafín, le dicen sus obligados, y la voz de la calle, Serafín El Bonito. Leve tumulto. Dando voces, la cabeza desnuda, humorista y lunático, irrumpe Max Estrella: Don Latino le guía por la manga, implorante y suspirante. Detrás asoman los cascos de los Guardias. Y en el corredor se agrupan, bajo la luz de una candileja, pipas, chalinas y melenas del modernismo.

Max: ¡Traigo detenida una pareja de guindillas! Estaban emborrachándose en una tasca y los hice salir a darme escolta.
Serafín el Bonito: Corrección, señor mío.

A Max Estrella le meten en un calabozo junto con el anarquista Mateo. 

Van a tener una conversación política sobre los problemas del movimiento obrero.   

El discurso que da este preso es reivindicativo de lo que era el comunismo en ese primer momento, un comunismo revolucionario y sobre todo rompedor.

Luces de Bohemia

El Preso: No basta. El ideal revolucionario tiene que ser la destrucción de la riqueza, como en Rusia. No es suficiente la degollación de todos los ricos. Siempre aparecerá un heredero, y aun cuando se suprima la herencia, no podrá evitarse que los despojados conspiren para recobrarla. Hay que hacer imposible el orden anterior, y eso sólo se consigue destruyendo la riqueza. Barcelona industrial tiene que hundirse para renacer de sus escombros con otro concepto de la propiedad y del trabajo. En Europa, el patrono de más negra entraña es el catalán, y no digo del mundo porque existen las Colonias Españolas de América. ¡Barcelona solamente se salva pereciendo!

Taberna del Picalagartos

Dentro de la Puerta del Sol, nos movemos un poco hacia la esquina con la calle Montera.

La taberna del Picalagartos, según dicen en la obra, estaba situada en la embocadura de la calle Montera con su entrada a la Puerta del Sol. Igual que muchos otros lugares de la obra sí que tienen una situación clara y sí que existieron, la taberna del Picalagartos no existía. No había ninguna taberna llamada de esta manera ni en la parte baja de la calle Montera

Sí había tabernas en la parte alta de la calle Montera, y que eran muy parecidas a lo que Valle Inclán describe: tugurios estrechos, llenos de humo, de ruido, de gente de mal vivir. 

La clientela de estas tabernas eran prostitutas, chulos de las prostitutas, ladrones, todo tipo de delincuentes, maleantes de la peor calaña. Entre ellos, Max Estrella y Don Latino de Híspalis estaban en su salsa.  

La taberna del Picalagartos aparece en dos ocasiones. 

En la tercera escena, cuando Don Latino de Híspalis y Max Estrella salen de la librería de Zaratustra vienen a la taberna.  En la taberna se encuentran con la Pisabien. 

La Pisabien es una antigua prostituta que se ha convertido en vendedora de lotería.  Le ha vendido un décimo de lotería a Max Estrella, y este se lo quiere devolver. Cuando le devuelve este décimo pasa por las manos de Don Latino Híspalis, que dice 5775, qué número más bonito, es capicúa, este toca seguro. Max Estrella quiere volver a comprárselo, pero como no tiene dinero, pues tiene que empeñar el abrigo. 

La descripción de la taberna:

Luces de Bohemia

La Taberna de PICALAGARTOS: Luz de acetileno: Mostrador de cinc: Zaguán oscuro con mesas y banquillos: Jugadores de mus: Borrosos diálogos. - Max Estrella y Don Latino de Hispalis, sombras en las sombras de un rincón, se regalan con sendos quinces de morapio.

En la taberna tiene lugar una conversación sobre huelgas que hay ese día: 

Luces de Bohemia

El chico de la taberna: ¡Hay carreras por las calles!

El rey de Portugal: ¡Viva la huelga de proletarios!

El borracho: ¡Chócala! Anoche lo hemos decidido por votación en la Casa del Pueblo.

La Pisabien: ¡Crispín! te alcanzó un cate! 

El chico de la taberna: ¡Un marica de la Acción Ciudadana!

Picalagartos: Niño, sé bien hablado! El propio republicanismo reconoce que la propiedad es sagrada. La Acción Ciudadana está integrada por patronos de todas circunstancias, y por los miembros varones de sus familias. ¡Hay que saber lo que se dice!

Los que defienden la huelga en este libro son los que no trabajan en su vida, los que no tienen ni oficio ni beneficio. 

La taberna del Picalagarto aparece también en la última escena del libro. En la última escena del libro llega Don Latino de Híspalis y empieza a gastar el dinero a espuertas, y empieza a invitar a todo el mundo. Le había tocado la lotería pero ese décimo no era suyo, sino que era de Max Estrella.  

En una de las últimas escenas, cuando están en el portal de la casa de Max Estrella, Max Estrella queda prácticamente muerto en la entrada, y Don Latino de Híspalis le dice dame la cartera que yo te la guarde no vaya a ser que te la robe a alguien. Don Latino se queda con la cartera y con el décimo. Don Latino lee en el periódico cómo han muerto una mujer y su hija porque no tenían dinero (son la mujer e hija de Max Estrella que se suicidan). 

En la última escena la Pisabien le dice a Don Latino de Híspalis que o le da la mitad del dinero, o cuenta de dónde lo ha sacado. Todos son pillos, y todos quieren aprovecharse.

Ministerio de la Gobernación y Café Colón

Finalmente consiguen sacar a Max Estrella del calabozo. A través del director del periódico, que habla con los guardias, Max sale. 

Tras salir del calabozo, Max Estrella pide ver al Ministro de Gobernación. Tan pesado se pone, que finalmente le llevan ante el Ministro. Max y el Ministro se conocen de París. 

El Ministro le dice que tendría que haber ido a él, y le hubiese dado dinero. Max se indigna, pero termina aceptando el dinero. Don Latino le coge el dinero, para administrarlo él. 

Max y Don Latino se van al Café Colón, uno de los lugares más elegantes. El Café Colón no existió. Por la Puerta del Sol había muchos cafés de este tipo, podría ser cualquiera. 

En este Café Colón se encuentran con Rubén Darío, que murió en 1916, y hablan como si estuviese muerto: “te veo etéreo”, “te veo como si estuvieras blanquecino” “parece que te están rodeando la musas” 

Luces de Bohemia

Un café que prolongan empañados espejos. Mesas de mármol. Divanes rojos. El mostrador en el fondo, y detrás un vejete rubiales, destacado el busto sobre la diversa botillería. El café tiene piano y violín. Las sombras y la música flotan en el vaho de humo, y en el lívido temblor de los arcos voltaicos. Los espejos multiplicadores están llenos de un interés folletinesco, en su fondo, con una geometría absurda extravaga al Café. El compás canalla de la música, las luces en el fondo de los espejos, el vaho de humo penetrado del temblor de los arcos voltaicos, cifran su diversidad en una sola expresión. Entran extraños, y son de repente transfigurados en aquel triple ritmo, Mala-Estrella (ahora le llama mala-estrella no Max Estrella) y Don Latino.

Max: ¿Qué tierra pisamos? 

Don Latino: El café Colón 

Max: Mira si está Rubén. Suele ponerse enfrente de los músicos. 

Don Latino: Allá está como un cerdo triste.

Café de la Montaña y pérdida del brazo

El café de la Montaña se encontraba en la Puerta del Sol 2, en los bajos del Hotel París. 

El café de la Montaña existió hasta el primer tercio del siglo XX. Este café tenía puertas hacia la Carrera de San Jerónimo, hacia la Puerta del Sol y hacia la calle de Alcalá. Estas puertas continuamente estaban abriéndose y cerrándose, por lo que era llamado “el café de la pulmonía”. 

En este Café de la Montaña se hacían tertulias, y una de ellas era dirigida por Valle Inclán. Grupos en los que se discutía, se hablaba. 

En un momento Valle Inclán estuvo discutiendo con un periodista amigo suyo, Manuel Bueno. Tiempo después Valle Inclán volvió a este local sin el brazo izquierdo. Al ser preguntado, él decía cosas como que en el Amazonas se lo había comido un cocodrilo. Otras veces contaba que había estado de safari en África y lo había perdido allí. También decía que había luchado contra un guerrillero y de un sablazo se lo había cortado. O que estando en su pazo de Galicia el criado le dijo que no había nada que comer, y él se cortó el brazo. 

Lo que realmente sucedió fue que en una discusión con su amigo Manuel Bueno, Valle Inclán intentó romperle una botella en la cabeza. Manuel Bueno cogió un bastón y le dio en el brazo. El brazo se le quedó entumecido, y posteriormente se ve que tiene una fractura. Y debido a eso tienen que cortarle el brazo. 

Valle Inclán decía que estaba contento de haber perdido el brazo, porque ahora se parecía a su héroe, Cervantes. 


7ª Parada: Callejón del Gato y Esperpento

El famoso Callejón del Gato es la calle Álvarez Gato. Álvarez Gato es un poeta del siglo XVI. 

Al final de la obra, ya borrachos los dos, llegan a esta calle. En esta calle se encuentran con espejos cóncavos y convexos. 

En la actualidad sólo existen dos espejos cóncavos y convexos en este lugar, pero antiguamente había cuatro, y más atrás en el tiempo estaba toda la calle llena de espejos que deforman las visiones. 

La palabra esperpento había surgido ya en el siglo XVIII en Perú. Esta palabra esperpento significaba algo raro, extraño, grotesco. Posteriormente Goya también utiliza el esperpento. 

En uno de los grabados de Goya aparece un personaje mirándose a un espejo. Es un adefesio el que se mira al espejo, y Goya dice “un esperpento se mira a un espejo y el espejo no le devuelve su reflejo”.  

Todas esta deformación de la realidad es lo que se ve en la conversación que tienen Max Estrella y Don Latino de Híspalis.  

Luces de Bohemia

Max: Los ultraístas son unos farsantes. El esperpentismo lo ha inventado Goya. Los héroes clásicos han ido a pasearse en el Callejón del Gato.

Don Latino: ¡Estás completamente curda! 

Max: Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos, dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada. Don Latino: ¡Miau! ¡Te estás contagiando! 

Max: España es una deformación grotesca de la civilización europea. 

Don Latino: ¡pudiera! Yo me inhibo. 

Max: Las imágenes más bellas en un espejo cóncavo, son absurdas. 

Don Latino: Conforme. Pero a mí me divierte mirarme en los espejos de la calle del Gato.

Max: Y a mí. La deformación deja de serlo cuando está sujeta a una matemática perfecta. Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo, las normas clásicas. 

Don Latino: ¿Y dónde está el espejo?

Max: En el fondo del vaso. 

Don Latino: ¡Eres genial! ¡Me quito el cráneo!

Max: Latino, deformemos la expresión en el mismo espejo que nos deforma las caras, y toda la vida miserable de España. 

Don Latino: Nos mudaremos al Callejón del Gato.

8ª Parada: Personajes de la obra

En la obra de Luces de Bohemia la vida parece un sueño y el sueño parece vida, como diría Calderón de la Barca (junto a la estatua que nos encontramos). A veces la realidad se confunde con lo que es la inspiración del propio autor.  

El personaje principal, Max Estrella está relacionado con Alejandro Sawa. Alejandro Sawa era un escritor un poeta de finales del siglo XIX y principios del siglo XX en el que se inspira Valle Inclán para hacer esta obra. Era muy amigo de Valle Inclán y era también muy amigo de Rubén Darío. Alejandro Sawa muere en 1909, y posteriormente Valle Inclán escribe a Rubén Darío diciéndole que Sawa ha dejado una obra sin publicar, que la publiquen entre todos.  

En 1920 Valle Inclán escribe Luces de Bohemia. 

Max Estrella y Alejandro Sawa ambos son andaluces, han ido a describir durante bastante tiempo en la bohemia de París, han sido grandes poetas, se han quedado ciegos al final de su vida, ambos tienen una mujer francesa, tienen una hija adolescente, los dos mueren desahuciados, a ambos les despiden del trabajo una semana antes de que mueran, los dos mueren en extrañas circunstancias. 

Otro personaje de la obra, Basilio Soulinake, aparece cuando están haciendo el velatorio al cuerpo de Max Estrella. Basilio Soulinake dice que Max no está muerto, que solo tiene catalepsia. El sepulturero que quería acabar cuanto antes dice que le quemen el dedo. Finalmente ven que Max Estrella ha muerto.  

Cuando entierran a Alejandro Sawa, Ernesto Bark también dice que Alejandro está vivo. También hay coincidencias entre Alejandro Sawa y Basilio Soulinake. Ambos son de un país del este, los dos habían sido médicos, ambos son poetas fracasados. Posteriormente, Ernesto Bark denuncia a Valle Inclán por haber aparecido en Luces de Bohemia. 


9ª Parada: Últimas cuestiones y conclusión

En el teatro español es donde se iba a estrenar la obra de Divinas Palabras de Valle Inclán. 

Cuando se iba a estrenar, está como director del Teatro Español Benito Pérez Galdós, y ambos se odiaban.  

Divinas Palabras tuvo que ir a estrenarse a París. 

Iba a estrenarse con la Compañía de María Guerrero. 

El día antes de estrenar, Valle Inclán subió al escenario y cambió de orden toda la decoración. 

María Guerrero le dijo que dejara las cosas, o cogía a sus actores y se volvía a Madrid. 

Valle Inclán siguió recolocando el escenario, y María Guerrero se fue. 

Al día siguiente se estrenó en París, ante 3.000 personas Divinas Palabras. 

Valle Inclán, sentado en una silla, leyendo la obra. 

Este era Ramón María del Valle Inclán. 

Al final de la obra Luces de Bohemia tienen una conversación dos sepultureros, una conversación totalmente actual.

Luces de Bohemia

Un patio en el Cementerio del Este. La tarde fría. El viento adusto. La luz de la tarde sobre los muros de lápidas, tiene una aridez agresiva. Dos sepultureros apisonan la tierra de una fosa. Un momento suspenden la tarea. Sacan lumbre del yesquero, y las colillas detrás de la oreja. Fuman sentados al pie del hoyo. 

Un sepulturero: Ese sujeto era un hombre de pluma. 

Otro sepulturero: ¡Pobre entierro ha tenido!

Un sepulturero: Los papeles lo ponen por hombre de mérito. 

Otro sepulturero: En España el mérito no se premia. Se premia al robar y el ser sinvergüenza. En España se premia todo lo malo.

Esta Ruta de Luces de Bohemia ha sido estructurada por Madrid en la Palma de tu Mano


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